Una quincena de instituciones y asociaciones de Balears se han unido en un frente común para detener la proliferación de casas de apuestas. En las islas hay en estos momentos un total de 170 salas de juego que generan millones de euros. La mayoría, 136, están instaladas en Mallorca y 70 de ellas en Palma. Se da la circunstancia de que la mayor parte están ubicadas en barriadas populares en las que abundan rentas bajas.

Esta situación ha empujado a varias organizaciones a actuar, sobre todo porque han detectado que cada vez es mayor el acceso de los menores al juego, no solo presencialmente (pese a que está prohibida su entrada), sino sobre todo a través de internet. Desde cualquier dispositivo móvil se puede realizar una apuesta y es casi imposible determinar la edad del usuario.

También las tragaperras

Forman este frente común el Col.legi d'Educadors Socials de Balears, el Col.legi de Pedagogia y Psicopedagogia, el Col.legi de Psicòlegs, la Asociación de Padres y Madres FAPA, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, el Instituto Europeu d'Estudis de Prevenció (Irefrea), Juguesca, la Oficina Defensora de la Ciutadanía de Palma, el Projecte Home Balears, Unicef Balears, la Asociació Balear de Salut Mental, el Col·legi de Treball Social, el Col·legi de Metges, el IRIE de la UIB y la Oficina d'Universitat Saludable.

Todas estas entidades manifestaron ayer su rechazo al "incremento descontrolado" de las casas de apuestas que se extienden por las barriadas y por los pueblos de Mallorca. Además de estas salas hay que añadir las máquinas tragaperras (4.216) que hay repartidas por cientos de bares, y la agresiva publicidad que conquista cada vez a más jugadores.

Los firmantes de este manifiesto, además, advirtieron de que la mayoría de estas casas de apuestas están ubicadas en ciertas barriadas que tienen una población con graves dificultades económicas. También preocupa que estos negocios se sitúen en espacios frecuentados por menores o adolescentes, así como centros educativos y de ocio para jóvenes. Además, afirman que el negocio de las apuestas supone "una práctica nociva y no recomendable".

Estas asociaciones denunciaron la publicidad "constante y agresiva" para apostar y participar en diversos juegos online. Una publicidad en la que colaboran personajes públicos y que son una referencia para los jóvenes. Su sola presencia, según los firmantes, "incentiva y normaliza estas prácticas como una actividad de entretenimiento de bajo riesgo".

Este frente común pretende, sobre todo, que las administraciones adopten medidas de prevención. La psicóloga Antònia Miralles, de la Asociación Juguesca, explicó que desde hace tres años se ha detectado un mayor número de ludópatas, que son adictos a este tipo de juego, tanto a través de apuestas presenciales, como mediante medios online. Pero, además, se ha descubierto que muchos de estos apostantes son menores cuya adicción al juego va en aumento hasta llegar a la edad adulta. De hecho, el 30% de los adictos de Balears reconoce que se engancharon a una temprana edad.

Programa en Projecte Home

Miguel Ángel Guerrero, de FAPA, denunció que muchos de estos salones de juego están ubicados en zonas muy próximas a los colegios. Y calificó de "insulto" que solo se obligue a estos negocios a instalar sus salones a una distancia mínima de cien metros de los colegios, cuando en otras ciudades es mucho mayor.

Guerrero consideró que no se trata de establecer una distancia mínima, sino que se debe realizar un estudio de cada solicitud, porque es igualmente grave que se permita la instalación de estos salones de juego en zonas donde habitualmente pasan los adolescentes que se dirigen al colegio.

Projecte Home, para afrontar este problema, lleva desarrollando un programa para atender a personas que sufren esta adicción al juego online. Unos 20 jóvenes siguen este curso. El psicólogo Antoni Parets explicó que muchas veces esta obsesión por el juego va unida a otras adicciones, como por ejemplo el alcohol.

Los expertos explicaron que mientras que el consumo de alcohol y de drogas está criminalizado por la sociedad, la obsesión por el juego es una situación que está aceptada pese a que sus efectos son igualmente graves.

Un negocio que mueve millones de euros

El juego es en estos momentos uno de los negocios más rentables. Según los datos que manejan los expertos, este sector mueve más de 40.000 millones de euros solo en apuestas presenciales. A estas cifras hay que añadir los ingresos que se obtienen a través de apuestas online. Los firmantes del manifiesto denunciaron la “falta de control” para evitar que los menores puedan entrar en estos salones pese a que su presencia está prohibida. Estas asociaciones denunciaron la facilidad con la que se aprueban estas autorizaciones para abrir un negocio de apuestas. Creen que uno de los problemas es que las competencias sobre el juego no están unificadas.

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