La familia de una paciente del Hospital Can Misses con problemas de movilidad denuncia la «odisea» que les ha supuesto acudir a la última revisión de una intervención de Neurocirugía. Hasta ahora, todas las consultas posteriores a la operación se habían llevado a cabo en el hospital ibicenco; sin embargo, cuando hace un par de semanas les llamaron desde el servicio de citas del Ib-Salut, les indicaron que esta revisión se haría en Son EspasesDesde el Área de Salud de Ibiza y Formentera confirmaron esta semana que los neurocirujanos de Mallorca suspendieron en octubre sus visitas a Ibiza y Menorca para atender pacientes debido a una falta de personal en el servicio de Neurocirugía de Son Espases.

El primer problema, recuerda, lo encontraron con la hora de la cita: «A primera hora de la mañana, imposible llegar a tiempo ni cogiendo el primer vuelo». Tras explicar la situación, recuerda una de las familiares, accedieron a hacerles «un hueco» cuando llegaran, ya que, según les explicaron, no había más citas disponibles. En esa misma llamada les explicaron que cuatro días antes de la cita en Neurocirugía de Son Espases debían acudir a Traslados en Can Misses para gestionar los billetes de avión.

Ahí se encontraron con el siguiente obstáculo: «A las nueve y media de la mañana ya se habían acabado las citas en Traslados». Es decir, que a pesar de que habían acudido el día en el que les habían emplazado, no podían gestionar el traslado. «Tuvimos que explicar la situación, lo que nos habían dicho, que la cita era en cuatro días... Al final nos hicieron el favor y nos atendieron», explica una de las familiares.

Las dificultades del traslado continuaron al explicar en la agencia que la paciente necesita asistencia para acceder al avión debido a su movilidad reducida. «No va en silla de ruedas, pero camina muy despacio, se cansa y no puede hacer determinados movimientos», detallan sus allegados. Esto la obligaba a estar en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo: «Así que una persona que ya está delicada y a la que deberían atender en Can Misses no sólo tiene que desplazarse a Mallorca, con todo lo que esto supone, sino que la tienes que levantar de madrugada, alterándola y preocupándola».

Al llegar al aeropuerto, se encontraron con que el avión a Palma era «uno de hélices», de manera que, según explican los familiares, el personal de asistencia no podía utilizar el elevador para subir a la paciente al avión: «Intentaron subirla en brazos, pero las escaleras de esos aviones son tan empinadas que se caían hacia atrás». Al final, recuerda, la tuvieron que subir al avión entre dos personas, en algo parecido a la sillita de la reina. Una situación por la que no creen que deba pasar «nadie». Aseguran que su caso no es el único, ya que conocen a otros usuarios del servicio de Neurocirugía, también con dificultades, a los que han enviado a Mallorca para consultas y revisiones con los neurocirujanos.

«No puede ser que a un paciente de estas características, para acudir a una revisión, se le haga pasar por toda esta odisea», denuncian los familiares, que destacan, además, el trastorno que supone para todos, para el enfermo, en primer lugar, y para los acompañantes, que se ven obligados a pedir un día en el trabajo para una consulta que, de hacerse en Can Misses, apenas les llevaría un par de horas.

Lo peor, indicaron, es que en Son Espases les dijeron que tendrán que volver dentro de un par de meses, ya que no estaba el médico que lleva su caso. «Tanto jaleo, para nada», critican los familiares de esta paciente, que ya están preocupados por si tendrán que volver a enfrentarse a problemas en Traslados, despertar a la enferma de madrugada y volar en un avión de hélices.