—Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Con una sola vida no le parecía suficiente?"

—Tengo una curiosidad innata por el saber. El tiempo es de quien lo gestiona, y así se convierte en aliado en vez de enemigo. La gente que no tiene tiempo para nada, no hace nada.

—¿Cuántas carreras tiene?

—Licenciada en Geografía e Historia, una licenciatura en Letras en Friburgo y una tercera en Antropología. Dos másteres en Historia del Arte y en Psicología. He sido investigadora en Berna, Friburgo y la Humboldt berlinesa.

—¿Y cuántos idiomas?

—Siete. Alemán, francés, inglés, italiano, castellano, portugués y ya escribo el catalán, que confundo con el italiano. No hay que tener miedo a las lenguas, solo hablarlas y dejarlas en libertad. La normalidad suiza es muy bonita.

—¿Boxear le servirá en la UNED?

—Boxear te mantiene en forma y te permite liberar las tensiones del exceso de trabajo. Solo le pego al saco, no compito contra personas. El factor de defensa personal es un plus.

—También es regatista, ganadora de la Ruta de la Sal.

—Mi hijo se entusiasmó con la vela cuando veníamos de vacaciones a Can Pastilla, así que me saqué los títulos de patrón de doce y 24 metros. En 2016 fui la única mujer en la tripulación que ganó la regata de la Ruta de la Sal entre Barcelona y Eivissa.

—Solo le falta lanzarse en paracaídas.

—Me gustaría. En cuanto tenga oportunidad, me tiro.

—¿No querrá comparar la catedral de Santiago de su tesis doctoral con la de Palma?

—La catedral de Santiago es más antigua y una cumbre del románico, la palmesana es una fortaleza a los pies del mar para defenderse de los invasores, con la rosa más grande del gótico. No se lo digas a nadie, pero le quitaría todo lo que dejó Gaudí, esos chismes metálicos interrumpen la verticalidad de las columnas.

—El apóstol Santiago no hizo el Camino de Santiago.

—El Camino es algo que nos hemos inventado en Galicia, aunque está homologado. Ocurre como con la sepultura del apóstol en Santiago, si non é vero...

—Dirigió durante 16 años la UNED en Berna, la única actividad española legal en Suiza.

—Se habla muy injustamente de Suiza, como el país del chocolate y de un secreto bancario que ya no existe. Su democracia directa nos da mil lecciones, con siete ministros que se turnan en la presidencia y que por obligación han de repartirse entre tres partidos en la proporción de tres, dos y dos. Con tres lenguas oficiales y la obligación de tener cuatro ministros que se expresan en alemán por tres en francés o italiano. Además de la puntualidad, el respeto a la intimidad y un civismo increíble.

—Su predecesor en la UNED acabó con una investigación policial por presunta corrupción.

—Todo el mundo me lo pregunta, y lo entiendo, pero es un poco desagradable. No conozco a mi predecesor, y la UNED no es eso. Fue un caso extraordinario y ahora empieza una nueva etapa. Que la justicia dilucide, juzgue o castigue lo que ocurrió.

—¿Se ha traído la famosa escalera gallega?

—Los gallegos sabemos si subimos o bajamos, pero no nos gusta que se metan en nuestras cosas y utilizamos ese recurso cuando nos interrogan sobre algo molesto.

—¿Las mujeres han de hacer más para llegar al mismo sitio?

—Sí, todavía es más duro para las mujeres. Tenemos más alumnas en todos los estudios, sacan mejores notas, dominan el escalafón pero, cuando llegan los cargos, ni una candidata a presidir el Gobierno.

—¿Cuál es la carrera del futuro que no conocemos?

—Preveo un futuro que vuelva a otra manera de vivir, con una recuperación de los oficios tradicionales para frenar un poco la competitividad exagerada. El porcentaje de universitarios en Suiza es pequeñísimo, pero los suizos aprenden un oficio y tienen la misma dignidad y sueldo.

—No hay un solo Premio Nobel enseñando en la universidad española.

—Hay cosas en España que no se entienden. En Suiza conocí a Josep Tarradellas i Macià, uno de los químicos más prestigiosos aparte de hijo del president de la Generalitat, y me dijo que era la primera universidad española que lo invitaba. Aquí se trabaja a doble velocidad, con gente que hace muchas cosas para recibir poco reconocimiento y otros que no hacen demasiado.

—¿Qué está estudiando?

—Estoy leyendo El jorobado de Notre Dame en catalán y me tienta matricularme en Criminología.