La chef mallorquina Maria Solivellas participó ayer en la cumbre sobre el Cambio Climático de Madrid en el marco de una jornada temática titulada 'Hacia una revolución del sistema alimentario', en la que explicó su experiencia y su técnica para cocinar con perspectiva climática.

La cocinera basó su discurso en "el carácter humanista" del mundo culinario narrando cómo descubrió que la forma más sostenible de alimentarse guarda relación con la cocina tradicional de Mallorca, donde los ancestros se relacionaban con el entorno sin dañarlo.

El compromiso frente a la crisis climática, según Solivellas, tiene que hacerse desde la propia cultura y no de manera global. "Cuando descubrí el recetario tradicional mallorquín me di cuenta de que nuestros antepasados cocinaban con alimentos próximos, de comercio local", recordó en conversación con este diario.

En este sentido, la chef invitó a "buscar el placer" del producto local y apoyar al sector primario. En este sentido, enfatizó que el modelo agrícola mallorquín carece de prácticas dañinas para el medioambiente como el monocultivo. "En la agricultura de Mallorca se producen pocos productos ecológicos, pero hay que valorar que no existe prácticamente el monocultivo", explicó.

Además, se alegró de que haya habido una evolución positiva en la conciencia de los cocineros sobre el consumo local y de temporada en los últimos años. Aunque criticó la línea de algunos supermercados. "Comprar productos ecológicos que vengan de fuera en los supermercados no es una solución porque dejan mucha huella. Lo que hay que proteger es nuestro sector primario y que no exista una administración que les proteja", propuso.

La chef de Ca na Toneta valoró positivamente la COP25 y la definió como una "oportunidad" para que muchos líderes mundiales con capacidad política para "cambiar las cosas" acuerden una hoja de ruta y la cumpla: "Pido que lo que acuerden, lo cumplan".

Respecto a las críticas de que empresas contaminantes como Endesa y Acciona patrocinen el evento de la ONU, indicó que "son los que tienen que ponerse las pilas". "Los ciudadanos podemos hacer muchas cosas, pero son ellas las que tienen el poder de detener el desastre", afirmó.