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El griego que cumple condena a cadena perpetua en Palma pide un nuevo juicio

Ioannis Chatzisavvas fue sentenciado por cometer un fraude contra el Estado en su país

Chatzisavvas sufrió unas pésimas condiciones en la cárcel de Grecia.

El ciudadano griego Ioannis Chatzisavvas, condenado en su país a cadena perpetua por un delito de corrupción económica, cumple condena en la cárcel de Palma desde hace año y medio. Desde su celda, y con escasos medios, quiere demostrar que es inocente y denuncia que no tuvo un proceso justo. Ni siquiera estuvo presente en el juicio y le defendió un abogado de oficio, nombrado tres días antes de la vista. Por ello, pide un nuevo juicio.

Ioannis Chatzisavvas es abogado de profesión y profesor de derecho. Trabajó durante unos años en la universidad de Travia, en Grecia, como profesor adjunto. Fue en esta época en la que se le atribuyen los delitos por los que fue condenado. Se le relacionó con el desvío de dinero que una empresa de la universidad recibió para financiar cursos de formación. Con estos fondos se pagaron sobornos. Chatzisavvas era consejero de esta empresa de la universidad, presidida por el rector. Reconoce que a él también le intentaron sobornar y le entregaron dos cheques por valor de 17.500 euros. Mantiene que nunca cobró este dinero. Aún guarda los talones bancarios en una caja fuerte.

El abogado reside en Mallorca desde hace más de diez años, junto a su esposa, ahora en Llucmajor. Hace unos años la Policía se presentó en su casa para entregarle una orden de detención dictada por un juez de Travia, en Grecia, donde se solicitaba su extradición para cumplir una condena de cadena perpetua por fraude y estafa al Estado heleno.

En ese momento fue detenido y quedó a disposición de la Audiencia Nacional. Entró en una cárcel de Madrid, pero meses después quedó en libertad porque Grecia no había enviado la documentación necesaria, según explicó su esposa. El tribunal de Travia siguió insistiendo y volvió a ordenar la extradición del profesor. Chatzisavvas optó por una extradición voluntaria. Si volvía a su país tendría la oportunidad de aclarar su situación. Sin embargo, en Grecia descubrió que se iba a ejecutar la condena, a pesar de que él había denunciado que se habían cometido graves irregularidades durante el proceso judicial.

Fue llevado a una de las cárceles más duras del país, donde existe una gran falta de higiene y sufre un grave problema de sobrepoblación. Esta experiencia fue muy dura, según relata su mujer. Ella no le visitó porque su marido no quería que viera en qué condiciones vivía y el mal aspecto que tenía.

Cumplir en España

Al poder demostrar que llevaba más de cinco años residiendo de forma continuada en Mallorca, solicitó cumplir la condena en una cárcel española. Esta petición fue autorizada y se le trasladó a la prisión de Palma. Como en España la cadena perpetua es ilegal, los jueces ajustaron la pena impuesta en Grecia al código penal español. Se fijó una condena de ocho años de prisión, de la que ya casi ha cumplido una cuarta parte.

El ciudadano griego aprovecha sus conocimientos jurídicos para intentar demostrar su inocencia. No lo tiene fácil, pues tiene que recurrir a abogados de oficio para defenderse y, mientras tanto, sigue cumpliendo la condena en la prisión de Palma. En el centro lleva una vida relativamente tranquila. Cada día habla con su mujer y aprovecha el tiempo para escribir. Está terminando tres libros. Y se encarga de la biblioteca.

Cree que ya tiene derecho, después de cumplir casi un año y medio (más el tiempo que estuvo en Grecia), de disfrutar de los primeros permisos. De momento no se lo han aprobado. Tuvo un incidente que, según sospecha su mujer, está dificultando que le concedan los permisos.

El abogado griego intentó acudir al juicio. Quería defenderse y demostrar que el desfalco lo habían cometido los grandes jefes de la universidad. No podía pagarse el billete a Grecia y no le quisieron sufragar el viaje. Su ausencia en el juicio no impidió que se le condenara a cadena perpetua. Su abogado, con el que apenas tuvo una conversación telefónica de un cuarto de hora, poco pudo hacer para defenderle. Se hizo cargo del caso tres días antes del inicio del juicio. El acusado denuncia un rosario de irregularidades judiciales, que le han perjudicado. Por ello, exige un nuevo juicio para defenderse.

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