Mónica y Carolina trabajaban de empleadas de servicio doméstico en Colombia. Ahora, recién aterrizadas en Mallorca, no saben cuáles son aquí las reglas del juego en este sector, en el que aún queda mucho abuso impune, como relatan a Cáritas algunas de las personas que acuden en busca de trabajo: de empleadores que les piden que "les den un besito" a los que no les dan "ni un día libre".

"He venido porque si no sabes nada, cuando te van diciendo las condiciones de trabajo solo puedes decir ' ah, buenoy poco más", explicaba Mónica ayer tras salir de la charla impartida en la sede de Cáritas sobre los derechos y deberes de los trabajadores domésticos y de los empleadores.

"A veces llegan contando casos de abusos, sobre todo en el tema de los salarios", contó María del Mar Hinojosa, la trabajadora social que se encargó de esta sesión formativa: "Si conocen sus derechos, pueden exigirlos".

Por ejemplo, saber que si les contratan una hora suelta el mínimo que les tienen que pagar son 7 euros, según marca la normativa. Aunque la mayoría de los empleadores están "concienciados" y pagan un mínimo de 10 euros la hora, uno de los asistentes explicó que tuvo un trabajo en el que hacía labores de acompañamiento y a veces otras tareas por solo 5 euros: "Estuve 20 días". Pero luego, explicó, ha tenido otro en el que le han pagado 12 euros la hora: "Y también me daban propinas", recuerda. Que hay empleadores que no solo cumplen, sino que valoran el trabajo bien hecho.

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Hinojosa les recordó que se entiende por trabajador doméstico a aquel que ejecuta tareas de limpieza, cocina, lavado, plancha y jardinería; cuidado de niños, personas dependientes o animales; y otras tareas propias del hogar".

La retribución en ningún caso puede ser inferior al salario mínimo, se han de abonar dos pagas extra, se han de pagar las vacaciones y se debe dar de alta al trabajador en la Seguridad Social: "Y el contrato ha de ser por escrito y tenéis derecho a llevároslo para revisarlo si tenéis dudas", recordó la trabajadora social a los asistentes, que mostraron gran interés en apuntarse a la próxima ronda de "cápsulas"para cuidadores, en las que Cáritas ofrecen formación sobre demencias, primeros auxilios... "Y no es lo mismo cuidar a un dependiente que a dos", señaló Hinojosa, "si son dos, os han de pagar un 20% más".

Cáritas ejerce de agencia de colocación y pone en contacto a familias que buscan un trabajador doméstico con demandantes de empleo. Este año, 1.023 personas han acudido a la entidad social en busca de trabajo, poniendo el servicio doméstico como primera opción, y 330 empleadores han solicitado trabajadores de limpieza o cuidadores.

Este 2019 120 personas han logrado 236 empleos en el sector gracias a Cáritas, entidad que procura estar al tanto de cómo se desarrolla luego el trabajo, lo que supone una red de seguridad para ambas partes.