El Anuario de la Educación de Balears 2019, elaborado por la UIB en colaboración con Colonya Fundació Guillem Cifre y la conselleria de Educación, pone de relieve que los alumnos de origen extranjero tienen resultados por debajo de la media del conjunto de estudiantes tanto en primaria como en secundaria. Los estudiantes extranjeros matriculados en el sistema educativo balear en el curso 2018-2019 experimentó un incremento de 6,1 puntos porcentuales con un total de 30.028 alumnos, lo que representa el 15,36% del total del alumnado no universitario de las islas.

De acuerdo con los datos del Anuario, el 85,5% de los estudiantes de cuarto de ESO lograron titularse, pero en lo que se refiere al alumnado extranjero lo consiguió el 68,8%, es decir, 16,7 puntos por debajo del promedio de las islas. Luis Vidaña, autor del artículo que analiza la situación de los alumnos extranjeros, resalta que en educación primaria la diferencia entre el global de repetidores de sexto curso (el 2,1%) y la del alumnado extranjero (3,8 por ciento) es significativa. “En los niveles más bajos de primaria el alumnado extranjero repite más”, afirma Vidaña quien explica que “la repetición en ESO muestra porcentajes más elevados que en la educación primaria, por tanto es un indicador preocupante del sistema educativo balear”.

Este es uno de los aspectos analizados en el Anuario de este año, presentado ayer por su director Lluís Ballester y algunos de los autores de los 29 estudios y artículos que conforman el estudio. En la edición no figuran datos sobre el abandono escolar en Balears el pasado curso, más allá de constatar que sigue siendo una de las comunidades autónomas con mayor índice de fracaso. “Las altas tasas de actividad laboral que ha presentado la economía turística de las Illes Balears a lo largo de muchos años tienen influencia sobre el abandono escolar prematuro”, se afirma en el anuario.

Ballester incidió ayer en que este sigue siendo uno de los grandes problemas de la educación balear y consideró que una de las cuestiones que son necesarias para cambiar la situación es que “los empleadores pidan trabajadores cualificados”, defendiendo que es una “responsabilidad” de los empresarios para mejorar en este ámbito.

Fracaso escolar

La situación del fracaso escolar y los peores datos del alumnado extranjero también están relacionados con las “dificultades” añadidas de Balears por su modelo económico. “La complejidad idiomática se suma a la inestabilidad residencial por la estructura del trabajo en Balears”, incidió el director del Anuario.

Otra de las cuestiones que se destacan en esta edición es que en el curso 2018-2019, se compatibilizó una bajada de expulsiones de alumnos con respecto al curso anterior. Así, el número de alumnos expulsados compatibilizados en el curso 2018-2019 es de 2.774, lo que supone un 13% menos que el curso anterior, aunque en comparación con 2016-2017 aumenta en un 7 por ciento. En el Anuario, tal y como resaltó Ballester, se defiende la necesidad de “revisar las medidas disciplinarias”, minimizando al máximo las expulsiones.

El Anuario de este año dedica una atención preferente a la innovación pedagógica, en especial ante los cambios en la sociedad del conocimiento, y sobre todo al papel de las familias en la educación. Miquel Àngel Guerrero, director de FAPA Mallorca y autor junto con Gloria Ferrer del artículo ‘La participación de la familia como colectivo’, sostuvo que “no hay éxito” académico si las familias no se involucran. En el mismo sentido se expresaron Mercedes Martínez Terreros y Catalina Llull, autoras del análisis sobre los derechos y deberes de las familias en el entorno escolar dentro del marco normativo de Balears.

Guerrero incidió, entre otras cuestiones, en la necesidad de “una distribución equitativa” de alumnos inmigrantes entre los distintos centros educativos. En este sentido resaltó que “cuando en un centro hay un 85 por ciento de inmigrantes no se le puede pedir los mismos resultados” académicos que a los que cuentan con menos. El director de FAPA Mallorca puso como ejemplo que deberían “extenderse” experiencias que se han llevado a cabo en Manacor, Sa Pobla e Inca, en donde “están muy satisfechos por la nueva distribución porque se tiende a eliminar los centros gueto”