Baleària ha negado que haya llegado a un acuerdo para la venta del yate real Fortuna, que adquirió a Fundatur en el año 2014 después de desembolsar 2,2 millones de euros. La naviera de Abel Matutes continúa teniendo el yate a la venta por 3,9 millones a través de la empresa Royal Yacht Brokers.

La publicación en el periódico Ideal de Granada de inmimente acuerdo para vender el yate al empresario José de la Puerta, de 48 años, consejero de la empresa Phone House, ha disparado las especulaciones, pues la naviera está intentando vender el que fuera yate del Rey desde poco después de adquirirlo en 2014, en cuanto advirtió que el proyecto para utilizar sus turbinas para utilizarlas con gas licuado en uno de sus ferries no era viable.

En septiembre del año pasado, Baleària rebajó por tercera vez el precio del Fortuna, el yate que perteneció a la Familia Real, para poder venderlo.

En aquel momento el precio fijado fue de 6,5 millones, lo que supone el triple de lo que pagó a Fundatur (la fundación para el turismo y la cultura de las Islas), hace 5 años, ya que entonces desembolsó 2,2 millones. Tras su adquisición en julio de 2014 el yate real pasó a llamarse 'Foners' y desde entonces se encuentra en el puerto de Denia, en Alicante.

Los empresarios que en 2000 pagaron hasta 18 millones de euros por el 'Fortuna para regalárselo al Rey, pidieron 10 millones de euros a Baleària. Dos meses más tarde, el precio se rebajó hasta los 8,2 millones de euros y, finalmente, Balearia se la llevó por 2,2 millones.

La empresa Royal Yacht Brokers anuncia todavía hoy el Foners como uno de los yates de lujo más rápidos del mundo y da detalles de la composición interior de lo que fue este barco de la Familia Real.

En mayo de 2013, el Rey don Juan Carlos renunció al uso del yate Fortuna, donado a Patrimonio Nacional doce años antes para uso de la Familia Real por un grupo de empresarios de Baleares en colaboración con el Govern de Baleares.

El yate costó en su día unos 3.000 millones de pesetas -equivalentes a 18 millones de euros- y fue encargado en 1997 a los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) para sustituir al anterior Fortuna, donado en 1979 por el rey saudí Fahd, que a su vez reemplazaba a otra embarcación con el mismo nombre que don Juan Carlos utilizaba en aguas de Baleares desde agosto de 1976.

Con un casco de aluminio y un peso de 35,4 toneladas, la embarcación dispone de un calado de 1,47 metros y 9,2 metros de carga máxima y cuenta con un salón, un comedor, una cocina y cuatro camarotes dobles para ocho pasajeros, así como con otras tres estancias para la tripulación, que puede estar compuesta por ocho personas.

La treintena de empresarios integrantes de la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares decidieron donar el yate para uso del Rey "como muestra de reconocimiento" por sus "continuas pruebas de aprecio" al archipiélago y sus habitantes, según explicó la entidad en un comunicado hecho público el 19 de junio del 2000, con motivo de la presentación del barco a los medios de comunicación.