"Todavía alucino cuando pienso en el homenaje que me hicieron. Y esta noche casi no he podido dormir pensando en ello. Nunca había visto nada igual en el hospital de Son Espases", declara Biel Barceló todavía emocionado. "Estaba de turno de mañana y fui a gerencia con la prensa. Entonces me llamaron al pasillo. Y me encontré con aquel aplauso inmenso. Estoy muy agradecido a todos", explica en su primer día de jubilado.

Tras 43 años trabajando como celador en la sanidad pública de Mallorca, primero en Son Dureta y después en el hospital de Son Espases, Biel Barceló tuvo ayer la despedida soñada que nunca imaginó.

En el que era su último día de trabajo y cuando estaba en la gerencia del hospital fue llamado al pasillo contiguo donde, para su sorpresa, le esperaban más de un centenar de trabajadores del hospital, entre médicos, enfermeras, jefes de servicio, compañeros celedores, personal de administración y directivos, para regalarle una inmensa ovación de agradecimiento.

Las emotivas imágenes de la despedida tuvieron una amplia repercusión e incluso fueron emitidas en informativos de cadenas de televisión nacionales, como La Sexta.

Emotivo y multitudinario homenaje al celador Biel Barceló en el día de su jubilación

Emotivo y multitudinario homenaje al celador Biel Barceló en el día de su jubilación

"Llevo 43años trabajando y nunca había visto una despedida como la que me organizaron", comenta Biel Barceló. "Mi trabajo es sencillo y rutinario, repartir el correo interno del hospital, pero siempre he intentado hacerlo lo mejor que he podido, con sencillez, una actitud positiva y una sonrisa. No sé por qué soy tan querido -se pregunta-, quizá por eso mismo y por haber conocido a muchas personas del hospital durante tantos años de trabajo. Y también porque puedo decir que me llevo bien con todo el mundo".

Esta mañana, el día después de su jubilación, Biel Barceló ha regresado al hospital de Son Espases, pero esta vez solo a desayunar con los compañeros. Con 65 años, abre ahora una nueva etapa en su vida en la que, según confiesa, le quedan todavía muchas cosas por hacer y muchos proyectos soñados por cumplir.

"Tengo muchos planes para el futuro: estar con los amigos, jugar a la petanca, acompañar cada día a mi mujer al trabajo, pues ella es enfermera en Son Espases, pintar y también viajar. También me gusta mucho cantar y bailar, sobre todo música latina, desde el bolero al chachachá", comenta.

También tiene claro que seguirá haciendo deporte. "Después de caminar una media de entre 8 y 11 kilómetros cada día por los pasillos del hospital, me gustaría continuar. Estoy tan acostumbrado que los días que no camino me siento un peor", manifiesta.

Para el personal de Son Espases, el rasgo más característicos del celador Biel Barceló es silbido que anuncia su presencia y que siempre le acompaña por los pasillos del hospital. "Mi padre era pintor de oficio, de brocha gorda. Y siempre le gustó silbar y cantar", explica. "Yo he heredado esa afición, pero cambio mucho la melodía, siempre dentro del tipo de música que me gusta".

Antes de Son Espases, Biel Barceló trabajó 34 años como celador en viejo hospital de Son Dureta. "Allí dejé grandes compañeros que ya se han jubilado. Son Espases fue un cambio brutal, como meter tres hospitales en uno, pasar de un complejo vertical a otro organizado de forma horizontal y con un trato menos personalizado. Pero estoy muy contendo de las dos etapas, solo tengo palabras de agradecimiento con todo el mundo", confiesa.