El papel de las organizaciones sociales en la lucha contra la corrupción fue analizada ayer tarde en un coloquio organizado en el Club DIARIO de MALLORCA, que contó con la intervención de varios expertos en la materia. El moderador fue Jaime Far, responsable de la oficina contra la corrupción de Balears. Intervino la codirectora de la fundación CIVIO, Eva Belmonte; la secretaria general de la Fundación Hay Derecho, Elisa de la Nuez; el secretario general de Transparencia Internacional, Jesús Sánchez y el responsable de la oficina contra el fraude y la corrupción en Valencia, Joan Antoni Llinares.

Todos los ponentes coincidieron en un aspecto: España es uno de los países europeos que está en el vagón de cola en cuanto a transparencia en las instituciones.

Así, Elisa de la Nuez, que es abogada del Estado, señaló que la corrupción ensucia todo el proceso productivo del país, ya que es un elemento que afecta a la innovación, a la competencia y al esfuerzo. Criticó los índices de transparencia que tiene España, que calificó de muy baja, y consideró que la corrupción no solo se debe atacar desde el aspecto represivo, sino también hay que mejorar las alarmas para evitar que se produzcan estos casos.

Eva Belmonte, de la asociación CIVIO, destacó que esta entidad privada ha realizado un estudio sobre los indultos que se han otorgado en España y afirmó que desde que se conocen estos datos estos beneficios se han reducido. Destacó que nunca son suficientes todas las medidas que las instituciones públicas adopten contra la corrupción, sino que es fundamental la implicación de la sociedad civil.

Jesús Sánchez señaló que la corrupción no estaba tanto en las instituciones públicas, sino sobre todo en el negocio del ladrillo. Destacó que un buen gobierno representa una marca de calidad para el Estado.

Joan Antoni Llinares recordó que Europa está cansada de indicar a España que sigue a la cola de la falta de transparencia.