La Audiencia de Palma aplazó ayer el juicio en el que se tenía que sentar en el banquillo el magnate británico Michael Brown, al que se le acusa de haber cometido un delito de blanqueo de dinero en Mallorca, unos hechos ocurridos hace más de diez años. El juicio no ha podido celebrarse porque el acusado no se ha desplazado a Mallorca. En cambio, su esposa, que también está acusada del mismo delito, sí ha comparecido a la vista. El tribunal acordará otra fecha para la celebración de la vista.

Brown ha cumplido una larga pena de prisión en Gran Bretaña y ahora se encuentra en libertad provisional, si bien sus movimientos están limitados. Esta mañana ha comunicado a través de su defensa, el abogado Jaime Campaner, que no puede desplazarse a la isla al tener prohibida su salida de Gran Bretaña, hasta que no haya terminado de cumplir su condena en su país de origen. Además, el británico asegura que ya ha sido juzgado, y absuelto, de los mismos hechos que le imputa la fiscalía Anticorrupción. Por esta razón, su defensa alegó esta mañana ante el tribunal que no podía ser juzgado dos veces por los mismos hechos. El abogado Jaime Campaner reclamó que el tribunal de la Audiencia solicite oficialmente al juzgado de Gran Bretaña tanto la sentencia absolutoria, como toda la documentación policial que recoge la investigación sobre Brown. El tribunal se pronunciará en breve sobre esta cuestión.

Michael Brown fue detenido en Mallorca en el mes de abril del año 2006. La detención se realizó a propuesta de las autoridades del Reino Unido. El detenido accedió a su extradición. Inicialmente se le acusaba de un fraude de 35 millones de dólares, cantidad que más tarde se aumentó a otros 47 millones. Este dinero nunca fue recuperado.

El magnate británico, que fue uno de los grandes financiadores del Partido Liberal británico, está acusado de realizar compras patrimoniales mediante dinero procedente de estafas. Estas compras se sitúan en los años 2004 y 2006. Compró viviendas de lujo, coches de alta gama y una embarcación de última generación. Para realizar estas operaciones utilizó dos sociedades que domicilió en España. Eran empresas que carecían de actividad. También empleó otra sociedad suiza dedicada a la administración patrimonial y el asesoramiento de inversiones.

Durante su estancia en Mallorca, el magnate dirigía toda su actividad empresarial desde una vivienda que había adquirido en el centro de Palma. También disfrutaba de un chalé de lujo en Esporles y otro en el Port d'Andratx. Conducía un vehículo Porche y otro de la marca Jaguar. Además, hacía constante uso de un jet privado.

Brown cuenta con un amplio historial delictivo.

Así, en el año 2006 fue detenido por un juzgado de lo Mercantil de Gran Bretaña a dos años de prisión por un delito de perjurio. Mintió al aclarar el origen de una partida de diez millones de dólares que manejó, así como sobre el origen de un pasaporte falso. Precisamente fue este documento el que utilizó para poder huir de las autoridades de su país, para esconderse en la República Dominicana. Durante mucho tiempo estuvo residiendo en una vivienda de lujo de la zona de Punta Cana, donde continuó manteniendo el mismo nivel de vida que había desarrollado durante los años que estuvo viviendo en Mallorca.

En Sudamérica se le detuvo y se le extraditó a Gran Bretaña, para que hiciera frente a la acusación de que se había apoderado de 77 millones de libras entregadas por diversos clientes para realizar inversiones. Un tribunal británico le impuso una condena de siete años de prisión. Fue declarado culpable de robo, información falsa y obstrucción a la justicia.

La fiscalía también acusa de blanqueo a la mujer de Brown, que ayer si se presentó en la Audiencia de Palma para afrontar este juicio.