Hasta catorce camas averiadas e inservibles se amontonaban ayer en el pasillo cero de Son Llàtzer, una zona de uso exclusivo del personal del hospital del Migjorn, para usar sus piezas como respuesto para reparar otras, denuncian trabajadores del centro lamentando tanto la falta de camas en la que hospitalizar a los pacientes como la renuencia de la gerencia a adquirir otras nuevas.

Este hecho estaría provocando que no hubiera camas suficientes para hospitalizar a los pacientes que ya comienzan a saturar el servicio de Urgencias con los primeros fríos, añadieron. Asimismo, la planta 1-D, cuyas 34 camas son reservadas tradicionalmente para hacer frente a los picos asistenciales que se producen en los meses de invierno, acoge en esos momentos cuatro consultas de Oftalmología ya que en este servicio se estarían acometiendo reformas, confirmaron desde el IB-Salut.

A las tres de la tarde de ayer había 16 pacientes en Urgencias esperando cama, admitió el Servei de Salut, que también reveló que está previsto que la planta 1-D se abra para acoger pacientes a partir del próximo 9 de diciembre. Aunque matizaron que se hará de forma progresiva en función de las necesidades y que, si estas fueran muy acuciantes, se abriría antes trasladando las 4 consultas de Oftalmología cuya reforma calculan que también concluya el próximo mes de diciembre.

Negó el IB-Salut la falta de camas y achacó que haya habitaciones en la 1-D sin ellas a que los catres serán colocados cuando sean necesarios. Son Llàtzer cuenta con un área de 25 camas de preingreso hospitalario en Urgencias, aseguraron desde un Servei de Salut que adelantó que para atender la planta 1-D, cuando se abra, contratará a 58 profesionales: 30 enfermeros, 23 auxiliares, 2 celadores, 2 médicos y un telefonista.