Desde 2007 es formadora para diferentes entidades y supervisora de equipos de profesionales que trabajan con víctimas de violencia machista. Hoy imparte en el Colegio Oficial de Psicología de les Illes Balears, en Palma, un taller 'Mi novio me pide ubicación: intervención con adolescentes víctimas de violencia de género'. Mañana al mediodía clausura las XI Jornadas Nacionales de Psicología contra la violencia de género con una conferencia centrada en menores maltratadas por sus novios o exnovios en es Baluard, en Palma.

- ¿En qué fallamos como sociedad para que haya tantas adolescentes que sufren violencia de género?

- Primero, hay que tener una visión no solo del presente, sino hay que ampliarla a toda la historia de nuestra humanidad. Es una historia eminentemente machista, donde toda la sociedad occidental se ha organizado desde una consideración desigual entre el hombre y la mujer. Se ha asumido que el hombre es el superior. Una vez que coge fuerza el movimiento feminista, se le empieza a dar la vuelta a la historia y se empieza a dejar claro que hombres y mujeres somos iguales y que tenemos los mismos derechos. Esto es muy reciente en el tiempo, todavía tenemos arraigadas un montón de ideas machistas y de desigualdad a partir de las cuales funcionamos. Socializamos de forma distinta a los chicos y a las chicas. Por el hecho de ser chico o chica los tratamos de forma distinta. Desde aquí aparecen conductas violentas hacia las mujeres. Hay que adoptar una visión más amplia para entender lo que pasa ahora.

- ¿Y en el plano actual?

- Ahora, hemos conseguido grandes hitos hacia la igualdad, pero no se cambia la historia de 2.000 años en 200. Estamos transmitiendo contenidos machistas que creo que son todavía más duros que los que recibíamos unos años atrás.

- ¿Qué contenidos son?

- Las chicas tienen una presión por la estética muy grave, hay un aumento en general de la sexualización de los adolescentes y creo que a las chicas se les transmite este mensaje de una manera más dura: que la imagen es muy importante, que satisfacer el canon de la sociedad y lo que busca un hombre es lo más importante y que lo más importante que puedes hacer es tener una pareja, si no tienes una pareja no te has realizado como persona. Hay mucha cultura de consumo en los adolescentes, desde la música a las aplicaciones y juegos, que van en esta línea.

- ¿El fenómeno de la violencia machista en adolescentes no es nuevo?

- Claro que no. Yo he trabajado con mujeres adultas, de entre 40 y 70 años, y ellas relataban que a los 16 o a los 17 años habían sufrido una agresión sexual y luego habían tenido que casarse con esa persona o bien habían sufrido agresiones físicas a esa edad.

- ¿Ha cambiado algo desde entonces?

- La edad de inicio en las relaciones de pareja ha descendido. Ahora, son chicas de 14 o 13 años las que tienen una relación afectiva, con lo cual ahora hay más. Algunos contenidos se han recrudecido. Para nada quiero ser catastrofista, todo lo contrario, creo que vamos bien y hay que ser optimista en el sentido en que cada vez se transmiten a los chicos y chicas mensajes explícitos de igualdad. Pero hay un fenómeno adultista, acercamos a la infancia y a la adolescencia cuestiones adultas, para las que tampoco están preparados.

- ¿Existe un perfil de adolescente maltratada?

- Para nada, es igual que con las mujeres adultas. El problema es que una de las señas de identidad del maltrato es que los hombres que se relacionan de forma violenta, al inicio de la relación, no muestran esa violencia. Tu puedes unirte a un chico pensando que no te va ocurrir nada malo y a los seis o siete meses empieza poco a poco con una violencia sutil. Esto le puede pasar a cualquiera. Algo relevante es que si la chica tiene un factor de vulnerabilidad anterior como, por ejemplo, su padre la insultaba o la han menospreciado en casa o no le han hecho mucho caso, para esa chica le va a ser más difícil salir de esa situación. El daño psicológico de esa menor va a ser mayor.

- Y los chicos maltratadores, ¿hay un perfil?

- Es otra cosa. Las estadísticas lo demuestran. Para que un chico se relacione de una manera tan violenta, tiene que haber pasado algo bastante complicado y grave. Al trabajar tantos años con mujeres maltratadas acabas conociendo la historia del agresor. A lo largo de mi carrera he visto que el agresor siempre ha tenido una situación complicada que a veces pasan inadvertidas, situaciones maltratantes. Las chicas nos relataban en un 70% de los casos que sus novios venían de una familia en la que había violencia de género, su padre pegaba a su madre. Eso no determina que vayas a ser un agresor, pero es un factor de riesgo importante. También hay otros factores que cercenan la emotividad de un niño como las ideas de que los chicos no lloran, siempre tienen que ser fuertes... Por eso, surge esa ideología machista. Es peliagudo, pero hay que dejar claro que esto no es una enfermedad, estos chicos saben perfectamente lo que está bien y lo que está mal.

- Por tanto, es muy importante lo que han vivido en la infancia.

- Hay que tener muy claro que los agresores no nacen monstruos, los niños no nacen con un perfil de agresor. Ahora bien, si en el desarrollo de un niño le pegas y le pegas o le das una negligencia afectiva total, en el que no le haces caso ni tienes un contacto emocional de ninguna clase, y después tienes una sociedad que todavía legitima un funcionamiento basado en la violencia de las relaciones afectivas y machistas, pues lo tienes todo. Nos tenemos que tomar muy en serio tratar bien a los niños y niñas.

- ¿Las secuelas son más graves para una adolescente que sufra violencia de género que para una mujer adulta?

- Sin lugar a dudas son muchísimo más graves para una adolescente. El daño psicológico que hemos visto en mujeres adultas a lo largo de un maltrato de cinco años, en las adolescentes tienes ese mismo nivel de daño a los cinco meses. Esto es así porque las adolescentes son personas en desarrollo, no son adultas, con lo cual no tienen los recursos de las adultas para poder hacer frente a esto. El daño psicológico es brutal.

- ¿Se recuperan antes las adolescentes que una mujer adulta maltratada?

- Requiere una intervención profunda a nivel psicológico. Hay factores muy a su favor. Las chicas tienen la vida por delante, son muy jóvenes, tienen mucho potencial para aprender, pero necesitan una buena intervención psicológica especializada, porque pueden volver a repetir.

- ¿Las adolescentes detectan antes las situaciones de violencia de género?

- Hay que basarse en las investigaciones que se han hecho en 2011 y 2013 por la Univesidad Complutense y el Ministerio de Igualdad y de Sanidad. La mayoría de adolescentes cree en la igualdad, pero sigue habiendo un porcentaje importante de entre el 20 y el 30% de adolescentes que creen que no, que los celos son positivos y que un chico controle a su pareja significa que la quiere mucho. Ese porcentaje del 30% de chicos y chicas cree en estos mensajes basados en la no igualdad y en el machismo. En general, vamos avanzando, hay que ser optimista, pero hay una parte que cree en ese mensaje cada vez con más dureza. Lo creen con argumentos más duros y radicales. Ahora, los chicos controlan cada movimiento de su pareja con el teléfono móvil. Eso es más fuerte, pero también vamos avanzando en la igualdad.

- ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías, las redes sociales, la publicidad o la música en los adolescentes?

- Con un mensaje cada vez más duro. Antes podías tener una canción machista en los 80, pero no a ese nivel de dureza, de humillación, de desprestigio que hay ahora por ejemplo con algunas letras del reguetón. No solo los hombres transmiten ideas machistas, también las mujeres.

- ¿Cómo hay que intervenir con una adolescente víctima de la violencia machista?

- Hay que acercarse a su mundo emocional. Lo primero, preocuparte por cómo está ella. Si le hablas de maltrato y ella no lo ve, saldrá huyendo. Tienes que irte acercando y averiguar qué es lo que piensa ella. Una complejidad es que el chico que ejerce violencia puede ser de su clase, monitor, buen estudiante, buen amigo, pero en la relación de pareja la insulta, la humilla... Es complicado pensar que ese buen chico es un maltratador. La chica puede llegar a pensar que la que falla es ella. Lo importante es averiguar con delicadeza qué le sucede. Desde ahí, hay que psicoeducar y conseguir llegar a la chica y explicarle qué es lo que le está pasando. Al final, no hay que convencer, hay que mostrar. Si tú se lo explicas y se lo muestras, ella lo va a ver porque ella lo está viviendo. En cambio, si tú le impones, te va a rechazar, y más en las adolescentes.

- ¿Los agresores de las chicas tienen su misma edad?

- No. La mayoría de las adolescentes, el agresor es bastante mayor que ellas. Son chicas de 14 años con un agresor de 17. Chicas de 16 con un agresor de 21. Chicas de 18 años con un agresor de 25. El desequilibrio de poder es inmenso. Es una realidad que se repite una y otra vez.

- ¿Qué es lo que más le ha impactado en negativo de una adolescente víctima de violencia machista?

- Los casos en los que la adolescente sufre violencia por parte del novio y tiene un entorno negligente o maltratante. Esto es muy complejo. Que mi padre me haya pegado toda la vida para corregirme, lleva a que aprendas que el amor es compatible con pegar y, que si yo me equivoco, el ser humano que me quiere tiene derecho a pegarme. Entonces, yo soy pegable. Esto es muy delicado a nivel psicológico. Es muy duro. Ver como el daño a la infancia limita tanto a las personas.

- ¿Y en positivo?

- En mi trayectoria he visto muchos casos de mujeres y adolescentes con un pasado muy grave, con abusos, agresiones sexuales o maltrato. Es increíble cómo el cerebro se orienta a la salud y lucha hasta el final. Estas chicas pasan por una relación y consiguen experimentar lo que necesitaban para desarrollarse. Se nutren un poco de eso y entonces lo dejan y van hacia bien. Se recomponen y logran salir. Los profesionales siempre tenemos que confiar en los recursos que tienen las personas. Al final, las mujeres pueden salir del maltrato.

- Es autora de un cuento infantil 'Los pájaros arcoíris' para prevenir la violencia de género en niños y niñas de entre tres y nueve años. ¿Cómo se puede prevenir la violencia machista a los tres años de edad?

- La primera forma de prevención es, si existe este problema en la sociedad, no negarlo, sino explicarlo adaptándolo a su edad para que no sea traumático. Nuestras niñas y adolescentes viven en un país en el que hay muchos hombres lamentablemente que ejercen la violencia y eso está ahí. Hay que decirle a las niñas el amor es maravilloso, hay personas capacitadas para amar y hombres magníficos que te van a amar, pero hay algunos hombres que no se portan bien en las relaciones de pareja. Tienen que llegar a la adolescencia y a la edad adulta sabiendo esto. No hay que estar muertos de terror pero hay que saberlo. A los niños les decimos que hay adultos que se portan mal, que no hacen las cosas bien. Esa es la idea principal que transmite el cuento y otra, que hay que cuidar muy bien a los niños para no seguir generando agresores.