Los operarios del mantenimiento de carreteras del Consell de Mallorca tienen que acudir, casi de forma semanal, a reparar las isletas que separan los carriles de la rotonda de Can Blau, en Palma que dan acceso a la Vía de Cintura. A diario hay conductores que chocan contra ellas y se llevan por delante los adoquines.

En las imágenes que acompañan a estas líneas se puede ver como una de las isletas quedó esta misma semana del todo destruida con los adoquines arrancados del suelo.

La que presenta más dificultades es la isleta que separa la rotonda y delimita el acceso a Palma y al Polígono de Levante. En esta isleta se juntan conductores que vienen de la calle Manacor, de la Vía de Cintura y de la zona de la Soledad. Todos los vehículos deben pasar por un estrecho carril delimitado por adoquines.

Sin embargo, la intensidad de tráfico que soporta la rotonda, con coches y camiones provenientes de todas direcciones, hace que el estrecho carril se quede pequeño y muchos automóviles terminan sobre la isleta previo golpeo de los adoquines.

Fuentes de carreteras del Consell consultadas apuntaron que estas isletas hace unos años no estaban delimitadas con adoquines. Estaban señalizados tan solo con pintura. Ello permitía a los vehículos amortiguar las situaciones de peligro cuando se juntan varios coches a la vez.

Los operarios de mantenimiento, desde que se sustituyó la delimitación de carriles de pintura por adoquines, tienen que acudir casi cada semana a repararlos debido a que han sido destruidos. Técnicos consultados aseguran que los adoquines son mucho menos funcionales que las rayas de pintura.

El principal problema se genera en las puntas que forman las isletas, que son frágiles y cuando los vehículos pasan por encima quedan destrozadas.

La rotonda de Can Blau es una de las principales puertas de entrada de la Vía de Cintura, la autovía más saturada de Balears y una de las más saturadas de España con puntas que superan los 160.000 vehículos diarios.