La cambiante veleta de Ciudadanos ha dado tantos bandazos en tan poco tiempo que ha perdido el norte y el crédito de los electores. Si no la derribó definitivamente el adoquín de Rivera y sus cachivaches. De las cenizas del partido naranja, coge aire el PP y Vox sale disparado, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país y en la que más crece en estos comicios, con más de tres millones de votos y 52 diputados. En Balears, Vox pasa de la irrelevancia a convertirse también en la tercera fuerza política, colocando directamente dos diputados en el Congreso. Todos los partidos pierden apoyos en las islas menos PP y Vox. La ultraderecha ya no es anecdótica, es una fuerza creciente con un mensaje populista y nacionalista de recetas sencillas para problemas complejos. Y una visión profundamente antieuropea. Esperemos que las instituciones domestiquen a la bestia, porque ahora sí que da miedo.
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Análisis