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Entrevista

Ramón Hernández: "No nos damos cuenta de hasta qué punto dependemos de la conectividad aérea"

"En un cortísimo espacio de tiempo muchos jugadores han cubierto parte de las plazas de Thomas Cook"

Ramón Hernández, en el espacio de BlueBay, con su marca Blue Diamond en la feria turística de Londres. m. b. m.

La antigua hotelera de Marsans desde 2010, BlueBay Hotels, cadena que preside el español Jamal Satli Iglesias (de madre asturiana y padre sirio), ultima la reforma del Bellevue, en Alcúdia. "El complejo turístico más grande de Balears" contará con 1.500 apartamentos y diecisiete edificios. Ramón Hernández, director general de la cadena, con más de sesenta hoteles, lo define como "un auténtico monstruo".

Tras cuatro inviernos de reformas -Hernández lamenta los largos plazos para supervisar los proyectos-, unas instalaciones que antes lucían "deficientes y antiguas" ahora se presenta a los turoperadores británicos y alemanes "con orgullo", además de que generan unos "600 puestos de trabajo en Alcúdia de manera directa".

Desde el estand de Emiratos Árabes, en la World Travel Market (WMT) -la cadena está presente en Oriente Medio- analizaba esta semana el estado del sector.

P ¿Cómo ha visto el panorama con respecto a las islas?

R Todo bien. Soy un optimista convulsivo. Nos tenemos que seguir dirigiendo hacia el segmento del turismo británico familiar, como hacemos desde BlueBay. Tenemos una sólida relación con los dos principales turoperadores, TUI y Jet2,ya no trabajábamos con Thomas Cook. Hemos sentido su apoyo, en un momento en el que presumo que hay mucha oferta que ha ido a captarlos. Y cuando habrá menos conectividad.

P ¿Hacia dónde va la industria?

R Llevo dándole vueltas... Hay 40 o 50 países que tienen el viajar como algo consolidado, pero es que hay otros cien para los que es aspiracional. Internet ha abierto el mundo, todo el mundo quiere viajar. Esta industria es uno de los dinamizadores de la economía mundial. Si la demanda existe y la oferta (los destinos) también, lo único que tenemos que resolver es la conectividad aérea. No nos damos cuenta hasta que punto dependemos de ella.

P Thomas Cook: a rey muerto, rey puesto.

R El discurso de la mayor parte del sector ha pasado de muchísima cautela a otro de pequeñas afectaciones. Hace dos meses se acababa el mundo y se hablaba de la mayor quiebra del turismo. En un cortísimo espacio de tiempo muchos jugadores han conseguido cubrir parte de esas plazas y han salido reforzados. La concentración ha llegado a las OTA (agencias online) y está llegando a la aviación, a los TTOO y a las agencias minoristas que buscan cómo consolidarse. Solo falta en la parte hotelera. Por lo atomizada que está en España y su componente familiar, va a llevar diez o quince años.

P ¿Le ha sorprendido la concentración Iberia-Air Europa?

R Me sorprendió el día que se publicó y que el señor Hidalgo vendiera su empresa por mil millones. Los medios de comunicación suelen hablar antes de los contactos en estas operaciones.

P Todo ha sido 'top-secret'.

R Sí, cuando a veces este sector es radio-patio. Felicito a las dos compañías por la discreción y el volumen de la operación. Espero que las autoridades de Competencia se pronuncien favorablemente y, sobre todo, que los usuarios finales salgan beneficiados y no haya afectación en el empleo en Balears. Por lo demás, pone a la industria aeronáutica española en el primer nivel mundial, se crea un monstruo para competir con fuerza con las grandes aerolíneas.

P ¿Habría que reforzar más a Condor para que resista?

R Me llama la atención cómo en pocos días las unidades de negocio de Thomas Cook han sido adquiridas total o parcialmente por competidores y con sinergias internas. Por la importancia de la conectividad, todo aquello que implique flotas deficientes o antiguas debería ser rescatado. En Balears vivimos de los aviones.

P Aena lo aprovecha haciendo negocio en el aeropuerto.

R ¡Cómo han cambiado los aeropuertos! Hace veinte años eran espacios fríos y ahora son centros comerciales donde aterrizan aviones. Los tiempos cambian, y los espacios se reconvierten, como los mercados tradicionales, ahora centros 'chic' y multiculturales. Lo que menos ha cambiado son los hoteles, después del todo incluido y los spas, y creo que es un error. No ha habido una gran reconversión en su interior. Todavía no sabemos dónde queremos ir, nos falta mirar a los hoteles como centros generadores de ingresos las veinticuatro horas del día.

P ¿Cómo ve el uso político de la ecotasa en el destino que se vende sostenible?

R Bueno, está fantástico que en un foro como la WTM se distinga a una cadena balear (Iberostar) y nosotros estamos obsesionados con eliminar el plástico de la oferta diaria. Y, créame, la tentación es muy grande: el plástico malo es lo que más barato sale y hay que educar al cliente. Es fundamental que haya normativas que nos obliguen. Pero volvamos a la ecotasa: el año pasado había ejemplos kafkianos de en qué se había gastado. Una familia británica paga unas 140 libras por el impuesto en una semana y si al final encuentra plásticos en el hotel y zonas no cuidadas... Allí [señala estands de cadenas egipcias] no se paga, y han venido aquí a buscar clientes británicos.

P En Egipto no se encuentra la calidad balear.

R De acuerdo, pero hay una parte de la demanda sensible al precio y hay que transmitirle un mensaje claro de por qué lo paga y en qué se invierte. Yo no veo en las recepciones de los hoteles un resumen ejecutivo de la Administración balear que diga en varios idiomas en qué se ha invertido el dinero.

P ¿Le preocupa la bajada del mercado escandinavo?

R Las nuevas generaciones demandan establecimientos y destinos que cumplan requisitos sostenibles -desde en el mobiliario hasta en la alimentación-. Los escandinavos están a la vanguardia en este sentido. Puede ser que la planta hotelera española, y especialmente la balear, no esté adaptada a ello. Aún así ,nosotros no hemos notado descensos significativos. El escandinavo es bastante fiel a los destinos que elige, con un poder adquisitivo alto y asentado en Balears. Invierte mucho en real estate y eso dinamiza el sector de las reformas.

P Y dispara los precios de la vivienda y la gentrificación.

R Nos hemos convertido en un país de servicios, sobre todo donde se depende más del turismo. Es normal que por la seguridad física y jurídica, sanidad, infraestructuras, buen clima o gastronomía vengan a invertir aquí y a pasar su retiro. Va a seguir así y pasa en más sitios. En la Riviera Maya, en Playa del Carmen, el alquiler vacacional está desplazando a la población que vivía en el centro.

P El alquiler vacacional les quita el sueño.

R Es una auténtica obsesión del sector -desde Exceltur se hace un excelente trabajo- regular y concienciar de que hay que atacar a las principales plataformas. En Balears sube la llegada de pasajeros mientras la ocupación hotelera sigue siendo prácticamente la misma. ¡Basta ver que tenemos casi un coche por habitante! Hay que convivir con él, pero con calidad y reglas que generen empleo, pago de impuestos y controles. Este año y el pasado nos han crujido a nosotros con inspecciones de turismo y de trabajo.

P ¿La inestabilidad política afecta al sector?

R Estabilidad política es sinónimo de la económica. Deseo que votemos con conciencia, que los partidos hagan su trabajo y que creen un gobierno estable. Y, sobre todo, que piensen que el turismo genera el 12-13% del PIB, y en zonas como Balears el porcentaje es mayor. Espero que el Gobierno piense en el turismo como uno de sus ejes centrales y que haya un ministro del gremio con experiencia contrastada.

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