La sección segunda de la Audiencia de Palma ha condenado a seis meses de cárcel y a un período de alejamiento al catedrático de la Filosofía de la UIB Miguel Beltrán por un delito de coacciones en la persona de su compañera de departamento, la profesora Lucrecia Burges, defendida por Gabriel Lladó. La sentencia dispone que Beltrán deberá permanecer a una distancia de más de 200 metros de la víctima, con quien comparte departamento de Filosofía, durante los seis meses de la condena y a no comunicarse con ella a lo largo de dos años.

Beltrán fue declarado culpable, en julio del año pasado, de un delito de acoso contra una profesora, por el que fue condenado a cumplir un año de prisión. Además, se le impuso una orden de alejamiento, que le obligaba durante un periodo de dos años a mantenerse alejado a una distancia de 200 metros de la docente que le denunció.

El catedrático recurrió la sentencia y ahora la Audiencia le ha absuelto del delito de acoso laboral, pero ha estimado que los hechos son constitutivos de coacciones. La pena de cárcel ha sido así rebajada de un año a seis meses y se ha mantenido la orden de alejamiento.

Según los hechos probados, el asistente personal de Beltrán se dedicó, entre 2014 y 2015, a perseguir y a hostigar a Burges por los pasillos de la facultad y por el campus. El secretario de Beltrán también insultó a la docente, llamándole "zorra" y "puta".

El fallo, que condena al catedrático a indemnizar con 6.000 euros a Burges, puede ser recurrido ante el Supremo.

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