"Declaro no conforme a la ley la resolución impugnada y la anulo. Declaro el derecho de las recurrentes a continuar teniendo la misma flexibilidad horaria que habían tenido hasta el 31 de marzo de 2018, de 9:30 a 16:15h. Condeno en costas a la Administración demandada".

Esta decisión, adoptada por la magistrada Núria Ramos, titular del juzgado contencioso/administrativo número 1 de Palma, resuelve al menos de manera momentánea la demanda que dos fisioterapeutas del servicio de rehabilitación de Son Espases interpusieron contra una resolución adoptada por el gerente de este hospital, Josep Pomar, el 12 de marzo de 2018.

De momento porque la asesoría jurídica del Servei de Salut aún no ha confirmado la recepción del fallo judicial y hasta que éste no sea estudiado no se decidirá si se interpone un recurso de apelación ante la instancia judicial correspondiente, informaron desde Son Espases.

En la citada resolución de la gerencia del hospital se concedía a las dos demandantes una nueva "flexibilidad horaria" para poder conciliar su vida laboral y familiar: Que entraran a trabajar a la una de la tarde y salieran a las ocho y media de la noche, unos márgenes horarios incompatibles con el cuidado de los hijos, a tenor de la resolución judicial.

El fallo recuerda que un acuerdo de Consell de Govern adoptado el 3 de mayo de 2006 estableció que "siempre que las necesidades del servicio lo permitan, se puede conceder la flexibilidad horaria al personal (...) que haya de cuidar a hijos menores de 12 años". Como la Administración "no arguyó ni acreditó" razones de servicio para denegar la solicitud de las dos fisios, la magistrada ha procedido a anular la resolución adoptada por el director de Son Espases de conceder una conciliación familiar en horario de tarde/noche.

Maria Antònia Pizà es una de las dos fisios que se decidió a recurrir a la vía judicial cuando su recurso de reposición contra una resolución de Pomar del 12 de marzo de 2018 fue rechazado y se estableció que, a partir del 1 abril de ese mismo año, tanto ella como una compañera en su misma situación deberían entrar a trabajar a la una de la tarde y salir a las ocho y media de la noche, un horario totalmente incompatible con el cuidado de los dos hijos pequeños que cada una de las trabajadoras tiene.

Doce años de experiencia

"Las dos llevábamos más de doce años trabajando en rehabilitación, primero en Son Dureta y más tarde en Son Espases. Pero no fue hasta el año 2015, momento en el que a las dos nos hicieron interinas, cuando nos permitieron flexibilizar nuestro horario y pasar al turno matutino para poder cuidar de nuestros hijos", explica Maria Antònia Pizà.

Cuál debió de ser su sorpresa cuando, nada más comenzado 2018, con dos nuevos jefes de enfermería en Son Espases (el director Juan Manuel Gavala y Juan Carlos Berdeal) se les comunicó que tenían que dejar el turno matutino. "Nos dijeron que éramos las únicas interinas que teníamos turno de mañana, que todos los demás eran fijos y que eso era una inequidad respecto a nuestros compañeros", revela Pizà.

Como no podían asumir el nuevo horario impuesto, comenzó un largo peregrinar por los despachos de Pomar, Gavala y Berdeal con el que no cosecharon ningún avance. Incluso consiguieron que El Pi se interesara por su situación y formulara en un pleno parlamentario una pregunta a la consellera Patricia Gómez.

"Asistimos a ese pleno e incluso hablamos con la consellera, que nos atendió tras contestar a la pregunta. Nos atendió correctamente, pero percibimos que creía más la versión de sus subordinados que la nuestra", rememora esta fisio perjudicada por la falta de sensibilidad de la Administración con la conciliación laboral.

Ante esa situación, decidieron recurrir a un abogado particular que constató que "hablar con Gavala y con Pomar era como hacerlo con una pared", continúa Pizà revelando que esta insostenible situación se cobró su primera víctima.

"Mi compañera, María González, es de Asturias y aquí no tenía familia con la que poder dejar a los niños y su marido trabajaba hasta las ocho. No le quedó más remedio que dejar el trabajo y volverse a su tierra", lamenta la fisioterapeuta mallorquina que ahora empieza a ver un poco de luz al final del túnel.

"El pasado 5 de septiembre se celebró el juicio y la sentencia nos la comunicaron el pasado día 29 de octubre (está datada siete días antes). Ahora nos queda reunirnos con el abogado para determinar qué indemnización reclamamos", concluye Maria Antònia recordando que a raíz de la denegación de un horario "concliliador" su compañera tuvo que elegir entre trabajar o cuidar de sus dos hijos pequeños y que ella misma tuvo que reducir sustancialmente su jornada, y con ella su salario, para poder hacerlo.

El dato

Tras ser obligada a trabajar de tarde desde el 1 de abril de 2018, a Pizà no le quedó más remedio que reducir su jornada laboral. "Trabajaba de una del mediodía hasta las cinco de la tarde, con una reducción de jornada del 40%, Y así estuve hasta que en el mes de octubre, ahora hace un año, por un proceso de movilidad interna pude irme a una plaza de fisio en el hospital General que depende de Son Espases". El problema es que llevaba doce años especializada en tratar a bebés prematuros en Son Dureta y en Son Espases. Una especialización que esta Administración ha menospreciado negándole un horario laboral racional.

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