Un joven irlandés de 28 años aceptó este miércoles en la Audiencia de Palma una pena de nueve años de prisión por violar a su novia con prácticas sadomasoquistas dos días seguidos y maltratarla en el apartamento en el que ambos residían en s'Arenal de Llucmajor a principios de agosto de 2018.

El acusado, que lleva más de un año en prisión provisional, reconoció los hechos con reticencias ante el tribunal de la sección segunda. Se declaró autor de un delito de agresión sexual y otro de lesiones en el ámbito familiar. El muchacho, rubio y de complexión fuerte, se conformó con una condena de nueve años de cárcel, 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad, la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 21 años, seis años de libertad vigilada y la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años.

En concepto de responsabilidad civil, tendrá que indemnizar a la perjudicada, una joven extranjera, con 6.750 euros por las heridas y los daños morales ocasionados.

La víctima ratificó su denuncia este miércoles ante la sala. La fiscalía, que inicialmente reclamaba para el violador 34 años de prisión, rebajó sustancialmente su petición de condena al retirarle un delito de agresión sexual, otro de trato degradante y otro de coacciones. La abogada de la acusación particular se adhirió al ministerio público y alcanzó un acuerdo con la defensa.

Al encausado se le apreciaron las circunstancias agravantes de género y de parentesco en el delito de agresión sexual y la de reincidencia en las lesiones en el ámbito familiar, ya que en 2017 fue condenado también por lesiones.

Los hechos ocurrieron en el apartamento de s'Arenal de Llucmajor en el que la pareja convivía. El procesado mantenía una relación con la joven desde abril de 2018. El pasado 7 de agosto de 2018 por la tarde, estando ambos en la playa, él creyó que ella había estado mirando a otro hombre, por lo que se puso celoso y le dijo que la iba a castigar y que era su esclava. Al llegar a casa, violó a su pareja, la insultó y la humilló con prácticas sadomasoquistas. El joven la obligó a mantener relaciones sexuales con actos de extrema dureza y también la obligó a realizarle un 'show' para complacerle.

Un día más tarde, el 8 de agosto, el procesado impidió salir del apartamento a su pareja y le reprochó el daño que le había hecho por mirar a otro chico, según su parecer. Entonces, le dijo que tenía que resarcirse con el dolor que le iba a causar a ella. Así, de nuevo la violó y la agredió de forma brutal golpeándola en la cara, las extremidades, agarrándola por el cuello y golpeando su cabeza contra la pared, mientras le decía que le daba igual tener que matarla. También la amordazó, tapándole la boca con cinta adhesiva que envolvió alrededor de su cabeza para evitar que llorase y gritase. El joven violador utilizó varios objetos para forzarla.

Finalmente, sobre las cuatro y media de la tarde del segundo día, la perjudicada consiguió escapar del domicilio, desnuda y cubierta con una toalla, cuando su compañero se fue a duchar. La joven bajó por las escaleras y pidió ayuda hasta que un vecino la auxilió, la acogió en su casa y llamó al 112.

La víctima sufrió varias lesiones por el cuerpo como contusiones y hematomas en el rostro, cuello, brazo, glúteos, muslos y también resultó afectada su zona genital. El 10 de agosto de 2018, un juzgado de Palma encarceló al procesado y dictó una orden de protección en favor de la perjudicada.

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