La Audiencia de Palma ha condenado a Carlos Peña Flores a 25 años y ocho meses de prisión por asesinato, incendio con peligro para la vida de las personas y lesiones en el ámbito familiar por matar a su pareja, de 34 años, quemándola viva tras rociarla con gasolina en el domicilio familiar en Alcúdia el 29 de junio de 2016.

Un jurado popular le declaró culpable por unanimidad a mediados de octubre. El tribunal apreció las atenuantes de confesión y dilaciones indebidas, por el retraso de la Justicia, y también la agravante de parentesco.

Ahora, el presidente de la sala ha dictado sentencia contra el autor del crimen machista de Alcúdia. En total, le ha impuesto 25 años y ocho meses de cárcel. La pena de cumplimiento efectivo será de 25 años. Además, el juez prohíbe al asesino aproximarse y comunicarse con su hijo durante 30 años y también le priva de forma definitiva para ejercer la patria potestad respecto del menor.

En concepto de responsabilidad civil, el inculpado, de 39 años, deberá indemnizar con unos 200.000 euros a los perjudicados.

Según se declara probado en la sentencia, Carlos Peña Flores convivía con su pareja y el hijo de ambos, un bebé de 22 meses, en el domicilio familiar en Alcúdia. Desde hacía cierto tiempo la relación de pareja era inestable. El 28 de junio de 2016 ambos mantuvieron una discusión y la joven le comunicó que no quería convivir con él, si bien accedió a que continuara residiendo en la finca. El procesado se marchó de la casa.

Sobre las seis y media de la mañana siguiente, del 29 de junio, el hombre compró un litro de gasolina en una gasolinera próxima y se dirigió a la vivienda familiar con el firme propósito de acabar con la vida de su pareja rociándola con gasolina, lo que provocaría un incendio que, además, pondría en grave peligro la vida de su hijo, que se encontraba durmiendo en casa.

Además, a esas horas tan tempranas, madre e hijo dormían en la habitación principal, como era habitual. El acusado consiguió entrar en la vivienda golpeando con fuerza la puerta. Acto seguido, se dirigió al dormitorio. De forma sorpresiva, sin que la mujer pudiera defenderse, la roció con gasolina y le pegó fuego con un mechero. Provocó un incendio siendo conocedor de que que las llamas se propagarían rápidamente y pondría en grave riesgo la vida del bebé.

La víctima, envuelta en llamas, rescató a su hijo. Cogió al menor y saltó con él en brazos por una ventana de la casa. Luego se dirigió con él en coche hasta la vivienda de su familia, donde los servicios sanitarios la sedaron y analgesiaron debido al extraordinario sufrimiento que padeció.

La mujer sufrió gravísimas quemaduras de segundo grado en el 80 por ciento del cuerpo. Fue evacuada urgentemente al hospital de la Vall d'Hebron, en Barcelona, donde se le practicaron diversas intervenciones quirúrgicas. Finalmente, la joven falleció el 8 de agosto de 2016 debido a un shock séptico y fracaso multiorgánico originados por las quemaduras.

Su hijo, el bebé de 22 meses, sufrió quemaduras de primer grado en la mejilla y la pierna izquierda, cabellos quemados y contusiones, erosiones y hematoma. Tardó 30 días en curar de estas lesiones.

El asesino confesó los hechos ante los agentes y en el juzgado de instrucción.

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