No importa que los ayuntamientos del archipiélago se hayan dejado mucho esfuerzo e inversión en redactar en tiempo y forma proyectos para sus municipios. Tampoco importa que la quiebra de Thomas Cook les haya afectado tanto como a trabajadores y empresarios enganchados en la debacle del turoperador.

La caída del grupo británico sirvió para abrir un periodo extraordinario para reformular o presentar nuevos proyectos para ser financiados por la ecotasa. ¿Los objetivos? Entre otros, fomentar la desestacionalización, crear nuevos productos sostenibles y promover ese tipo de turismo por el que aboga Balears, según se acordó en la Comisión del ITS del pasado 11 de octubre.

"La zona más afectada por la quiebra de Thomas Cook", presentó una ruta senderista, explicó ayer Neus Serra, secretaria general de la FELIB (Federació d'Entitats Locals de les Illes Balears). Cumplía con el requisito de reunir varios ayuntamientos: Artà, Capdepera, Manacor, Sant Llorenç y Son Servera. Otro proyecto, de Felanitx, en el que el consistorio invirtió 12.000 euros, versaba sobre la rehabilitación de una parte del edificio del hospicio para destinarlo a viviendas.

Compost o cicloturismo

El ayuntamiento de Eivissa presentó una iniciativa para hacer un estudio de la situación de la vivienda. "¿No tiene sentido, cuando los trabajadores alquilan furgonetas para vivir?", dice Antoni Salas, presidente de la FELIB. La mancomunidad de Tramuntana pretendía la recuperación de caminos rurales de Andratx, Calvià, Deià, Esporles y Estellencs.

Una instalación en Escorca para hacer compost con residuos orgánicos, rehabilitar las murallas de Alcúdia, rutas cicloturísticas, compra de fincas... "¿Podrán presentarse a otra convocatoria de la ecotasa? Sí", pero detrás hay un gran esfuerzo, recalca Salas. Considera que los ayuntamientos cuando son invitados a decidir sobre qué turismo quieren se encuentran "con cero" euros y proyectos aprobados.