La empresaria y experta en arte Sofía Barroso, madre de Sofía Palazuelo, la futura duquesa de Alba, será interrogada como testigo por la jueza palmesana que investiga su querella contra su exmarido Fernando Palazuelo, al que acusa de apropiarse de más de 50 millones de euros de su patrimonio empresarial. Barroso será citada en breve a petición del fiscal, que quiere poner un poco de luz en el complicado caso.

La madre de la futura duquesa de Alba interpuso, en mayo del 2017, una querella contra Fernando Palazuelo, la actual pareja de este, la arquitecta peruana Luciana Soldi Rubio, y la abogada de la misma nacionalidad María Belén Corzo.

La empresaria acusa a los tres querellados de urdir una trama societaria y realizar una serie de operaciones que forzaron la quiebra del grupo Arte Express, la sociedad que Barroso constituyó con Palazuelo para hacer millonarios negocios inmobiliarios, y el trasvase de sus activos a su filial peruana.

Dos años y medio sin declarar

Llamativamente, Barroso, dos años y medio después de su denuncia, todavía no ha declarado ante la jueza, donde sí han depuesto Fernando Palazuelo y dos de los cuatro hijos del roto matrimonio, Fernando y Jaime Palazuelo Barroso.

Arte Express se dedicó durante años a rehabilitar edificios antiguos y ponerlos en el mercado inmobiliario con especial énfasis en el arte. El matrimonio se instaló en Palma y aquí impulsó algunos negocios, como un proyecto en las Torres del Temple. En 2005 Sofía Barroso se afincó en Madrid con sus cuatro hijos, mientras que su marido se quedaba en Palma y expandía el negocio hacia Perú. Con el paso de los años Palazuelo padre se ha convertido en un icono del país suramericano, donde ha reformado históricas mansiones del casco antiguo de Lima, fincas que alquila a precios astronómicos al gobierno de ese país como sedes oficiales.

Según Barroso, su esposo tramó un plan junto a su novia peruana, la arquitecta Luciana Soldi, y la abogada de las empresas, María Belén Corzo para, supuestamente, desviar los fondos de las sociedades españolas a las peruanas, dejar en España un rosario de deudas y eludir el pago de impuestos en nuestro país, todo ello a sus espaldas. La pareja no se divorció oficialmente hasta 2013. Antes Sofía Barroso siguió confiando en su excompañero, que gestionó sin cortapisas los negocios familiares.