Activa durante lunes y martes, la DANA (depresión aislada en altura) ha dejado en Mallorca una abultada factura, un balance de precipitaciones acumuladas que va de los 130 litros por metro cuadrado en Portopí (récord histórico de octubre de la estación de la Aemet) a los 118 litros de Lluc, con 28 localidades de la isla con registros por encima de los 50.
Dejó también la descarga de 1.700 rayos durante la noche y la madrugada del martes y un total de 111 incidentes declarados, entre cierres de carreteras, desprendimientos de rocas sobre la calzada, inundaciones de calles y domicilios particulares, así como la caída de árboles y ramas, especialmente significativa en el centro de Palma, en Son Rapinya, en Son Vida y en el bosque de Bellver.
La carretera de Caimari a Mancor fue cerrada por inundaciones y en la vía que une Peguera y Camp de Mar se produjeron importantes desprendimientos de rocas.
También ha supuesto el episodio de gota fría la suspensión momentánea del tráfico aéreo en el aeropuerto de Palma durante la noche y madrugada del martes; el desvío de 24 vuelos (cuatro a Barcelona, uno a Madrid, once a Valencia, cinco a Menorca, uno a Girona, uno a Toulouse y una a Eivissa) y 20 cancelaciones: doce salidas a Viena, Menorca, Barcelona, Málaga, Fráncfort, Eivissa, Valencia, Düsseldorf y Toulouse, y ocho llegadas desde Lyon, Barcelona, Eivissa y Menorca.
Los dos momentos más críticos de la DANA en Mallorca se produjeron durante la noche, aunque las tormentas del martes fueron mucho más virulentas e intensas que las del lunes y los incidentes se multiplicaron por tres.
No obstante, el servicio de Emergencias en Balears del 112 a través de la red social Twitter estuvo incomprensiblemente desconectado: no emitió ningún aviso para la ciudadanía desde las 17.34 horas del martes y hasta las 7.10 horas del miércoles, cuando dio cuenta del cierre de la carretera de Caimari a Mancor, pese a que estaba activado el nivel 1 del Plan Meteobal y la Aemet, que decretó la alerta naranja en toda la isla por precipitaciones intensas y tormentas y la amarilla por vientos fuertes y mala mar, había pronosticado la llegada del frente con precisión.
En ese lapso, se interrumpió el tráfico aéreo y empezaron las cancelaciones de vuelos en el aeropuerto de Palma; se produjeron inundaciones en la Vía de Cintura en dirección Andratx, en Son Rapinya y en Son Vida, y empezaron a caer árboles en Santa Catalina, Son Vida y Bellver.
Los bomberos de Palma se activaron inmediatamente y trabajaron y atendieron incidencias durante toda la noche, viéndose obligados a pedir refuerzos para atender a todas las necesidades de la población.
Tal como estaba anunciado, el frente más activo entró ya entrada la noche por el levante y el sur de Mallorca en forma de tormentas muy compactas que descargaron con gran intensidad, virulencia y aparato eléctrico sobre la isla. Las lluvias y el viento se intensificaron desde las 22.30 horas y causaron numerosos incidentes en toda la isla.
La gota fría llegó a la isla con más intensidad y acompañada en niveles bajos de un proceso de ciclogénesis explosiva que se inició en el norte de Argelia, extendiéndose después por el Mediterráneo Occidental.
Por la mañana había barrido la isla de Eivissa, dejando registros superiores a los 54 litros por metro cuadrado, así como un cap de fibló que causó estragos en Sant Antoni, con rachas de hasta 140 kilómetros por hora. Y a partir de primera hora de la tarde fue desplazándose hacia Mallorca, donde avanzada la tarde empezó a llover, primero de forma moderada y después con gran intensidad y por momentos en forma de granizo.
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