Ya es una realidad. Las imágenes satelitales del estado actual de las praderas de posidonia que rodean el litoral de las Illes Balears ya están a disposición de todas las personas interesadas a través de la plataforma https://simbad.quasarsr.com.

"Pero lo más importante de esta herramienta", explica el director de este proyecto, Ignacio de la Calle, "es que podemos actualizar esas imágenes cada cinco días". Esto es, el tiempo en el que el satélite Centinel 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) puede volver a ofrecer imágenes del litoral balear. "Se trata por tanto de una cartografía dinámica", destaca su impulsor.

Este proyecto, denominado Simbad, está "incubado" (recibe soporte institucional y material) por la Agencia Espacial Europea y su principal objetivo es elaborar la cartografía de la posidonia oceánica de Balears como primer paso hacia un desarrollo más ambicioso que contempla hacer el mapa al completo todas las praderas de estas algas diseminadas por el Mediterráneo.

"La ESA dispone de cinco satélites Centinel para el programa Copérnico de observación de la Tierra para la gestión del Medio Ambiente, un proyecto de la Comisión Europea en el que colabora la Agencia Espacial Europea. El Centinel 2 es el satélite que proporciona imágenes ópticas de los fondos marinos", detalla el jefe de la iniciativa Simbad.

Efectos de la actividad náutica

De la Calle insiste en que lo más novedoso de esta plataforma es que se puede convertir en una cartografía dinámica. Podría permitir, por ejemplo, ver el estado de una pradera de posidonia ubicada en una zona habitual de fondeo de embarcaciones al inicio de los meses estivales y al término de los mismos y comprobar los efectos de esta actividad sobre ella. "El satélite solo pasa por la misma zona cada cinco días y permite obtener imágenes con este periodicidad salvo que el cielo esté cubierto de nubes", matiza.

"También podría usarse como un sistema de monitorización y alerta", sugiere el impulsor de esta iniciativa dado que, como los satélites envían información actualizada en ese lapso temporal, podrían aportar datos de los efectos de un vertido en el mar o de la construcción de una infraestructura costera sobre las praderas de este planta acuática cercanas.

Uno de los handicaps de este sistema es que los satélites solo permiten obtener imágenes nítidas de los fondos marinos hasta los veinte metros de profundidad, treinta a lo sumo.

Esta circunstancia explicaría, en palabras de De la Calle, por qué en la cartografía del litoral norte de Mallorca, la correspondiente a la Serra, la presencia de posidonia no estuviera reflejada. "En algunas zonas de Mallorca y de Eivissa hemos tenido algunos problemas porque la zona litoral ganaría profundidad con bastante rapidez al tratarse de un área de acantilados", admitió el responsable de Simbad.

El dinamismo cartográfico de esta plataforma en la que se puede ampliar a demanda la zona que se desea observar, podría contar asimismo con una buena base de datos retrospectivos. "Los satélites Centinel de la ESA llevan sobrevolando la órbita terrestre desde el año 2017, por lo que podríamos añadir las imágenes de cómo estaba la posidonia en esos años", apunta De la Calle subrayando que esos nuevos datos ya podrían consultarse en su plataforma dentro de unos seis meses.

"Y también podríamos disponer de la información recogida por los satélites Landsat de la agencia espacial estadounidense NASA que llevan desde los años setenta tomando imágenes. Esta nueva base de datos podría estar disponible en nuestra herramienta dentro de un año", concluyó el responsable del proyecto abriendo la puerta de esta manera a comprobar cómo estaban hace cincuenta años las praderas de este planta endémica del Mediterráneo. Este proyecto acaba de cumplir un año desde su inicio, en octubre de 2018, y dispone de otro ejercicio más para desarrollar una herramienta lo más completa posible para evaluar el estado de un ser vivo fundamental para el Mar Balear.

Marilles

Auspiciados por la Fundación Marilles, por primera vez todos los centros de investigación de las islas suman esfuerzos para elaborar el Informe Mar Balear, una iniciativa cuyos primeros resultados serán presentados el año que viene y que tiene como objetivo analizar el estado actual del mar, su evolución y la interferencia de la actividad humana en él.

Así lo explicó la coordinadora del informe, Raquel Vaquer, subrayando que actualmente existen muchos datos sobre el tema, pero que están dispersos y son inasequibles para la población. La finalidad de este estudio es recopilarlos y analizarlos para hacerlos llegar a todo el que tenga interés por gestionar más equilibradamente o regenerar el mar balear con "criterios científicos".

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