Después de los altercados y tensión vividos especialmente en Cataluña, pero también en Madrid, en las protestas por el fallo del procés, los principales partidos de Baleares han destacado, precisamente, que la marcha de ayer en Palma fuera "pacífica", a la vez que han manifestado su respeto. Sólo Vox ha denunciado que su sede fue víctima de "un botellazo" coincidiendo con "la manifestación independentista y separatista", cuyo recorrido, no obstante, no pasó por su sede.

"Respetamos el derecho de las personas a manifestarse porque es un ejercicio constitucional", se ha limitado a valorar la portavoz del PSOE, Silvia Cano. Sin extenderse tampoco demasiado, la portavoz adjunta de Podemos, Esperança Sans, ha querido "destacar que fue una manifestación pacífica". "Contrasta con la violencia vivida en Barcelona y en Madrid, que condenamos". En la misma dirección ha apuntado el portavoz de Més, Miquel Ensenyat, ayer entre los manifestantes, que tildó de "éxito" la manifestación "convocada en cinco días y pese a la amenaza de la lluvia y de la extrema derecha que quería reventarla".

Desde los partidos de la oposición PP y Ciudadanos han coincidido en defender que "todo el mundo tiene derecho a manifestarse mientras sea de manera pacífica", en palabras del líder popular, Biel Company, pero desmarcándose del "fondo". "Nosotros no queremos ser catalanes, somos mallorquines", añadió el popular. Por su parte, la portavoz ajunta de Ciudadanos, Patricia Guasp, ha pedido "responsabilidad" a los cargos del Govern que participaron en la marcha.

Sólo Vox ha tratado de vincular la manifestación con actos violentos denunciando "un botellazo" en su sede coincidiendo con la marcha, pese a que la manifestación no pasó frente a ella. "La gente que se manifestó ayer no representa, ni mucho menos, a la mayoría de baleares", ha señalado, para denunciar que lo que pretenden es "traer el conflicto de Cataluña a Baleares".