"Estos meses van a ser duros por lo que va a suponer el cese de actividad de esta empresa", dijo la ministra Reyes Maroto ayer, en la recepción de Thomas Cook en Can Valero. Los primeros que son conscientes de ellos son los más de 700 empleados que están enfrascados en el procedimiento concursal. Y por si la suerte está de su lado esta Navidad, a "los frikis [los informáticos, explicó ayer una trabajadora], se les ocurrió encargar -viene de la Península- el número que coincide con la fecha de la quiebra: el 23.919. ¿Se harán millonarios? Ahí lo dejan.

Por lo pronto, y tras "hora y media de reunión" con una ministra -quien se lo iba a decir a los empelados que forman parte de la Comisión de Representación de Trabajadores- la semana que viene cobrarán la nómina de septiembre. "Ya está confirmado", comentaron los portavoces. Recibirán un máximo del doble del salario mínimo interprofesional, es decir, 1.800 euros.

Alrededor de un centenar de trabajadores ya han abandonado Thomas Cook con nuevos retos profesionales. Son "gente con poca antigüedad" en la empresa. Y el resto ha empezado a gestionar la solicitud para cobrar los 500 euros mensuales que les abonará el Govern por un periodo de cuatro meses. El conseller Iago Negueruela aún no les ha podido concretar la fecha de cobro.

Otra línea abierta que avanzó ayer la ministra Reyes Maroto fue que el Gobierno quiere que Bruselas active el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización en favor de los afectados por la quiebra. Trabaja para ello con el Ejecutivo de Francina Armengol.

Por otro lado, Maroto se refirió a que la ampliación de las bonificaciones a la Seguridad de los fijos-discontinuos en los meses de octubre y diciembre beneficiará a 45.000 trabajadores en las islas al garantizar que sigan en actividad.