"Solo quiero decir a la familia que lo siento mucho, yo siempre la tendré en mis pensamientos". Carlos Peña Flores, el asesino confeso de Alcúdia que quemó viva a su pareja tras rociarla con gasolina en la casa en la que vivían en junio de 2016, ha vuelto a pedir perdón hoy al mediodía en el turno de la última palabra en la Audiencia de Palma.

El acusado, español de 39 años, ha hecho uso de este trámite al final del juicio ante el jurado popular. El hombre, que lleva más de tres años en prisión provisional, ha permanecido impasible durante la tercera sesión de la vista oral. Vestido completamente de negro, con botas oscuras, vaqueros ajustados y una chaqueta de lana con capucha que cubría su cabeza, ha seguido el proceso en todo momento cabizbajo. Solo ha resoplado y ha hecho un pequeño comentario, levantando la mirada del suelo, cuando el abogado de la acusación particular, Daniel Castro, realizaba sus informes y destacaba el comportamiento heroico de la fallecida, quien, envuelta en llamas, logró salvar a su hijo, un bebé de 22 meses, al cogerlo en brazos y lanzarse por una ventana. Luego, la víctima, con el cuerpo quemado por completo, consiguió escapar con el menor conduciendo su coche hasta la casa de su madre.

El sospechoso, con una poblada barba con canas y gafas de pasta, reconoció el lunes ser el autor del crimen machista. Al concluir el juicio, ha regresado al centro penitenciario de Palma. Pasará 25 años entre rejas por asesinato, incendio y lesiones en el ámbito familiar.

Hoy por la mañana, dos peritos de la Guardia Civil y cuatro forenses han declarado en la vista oral. Dos facultativos han confirmado que la víctima, de 34 años, falleció el 8 de agosto de 2016 en el hospital barcelonés de la Vall d'Hebron como consecuencia de las graves quemaduras que presentaba en más del 80% de su cuerpo. "Murió por un fallo multiorgánico por un shock séptico, por una infección, y todo ello debido a las quemaduras", ha señalado uno de los médicos. Otro forense ha asegurado que el hecho de quemar viva a una persona "posiblemente sea una de las situaciones de mayor sufrimiento que tenga una persona". El perito ha añadido: "Todo fueron complicaciones lógicas y esperables por las grandes quemaduras que presentaba. Se intentó todo lo que se pudo, pero lo más previsible era su muerte". Su compañero ha subrayado que se trató de una muerte violenta. "El pronóstico de supervivencia era muy muy bajo. El daño era máximo en el 80% de superficie corporal", ha detallado.

Mientras, los dos especialistas de la Guardia Civil han ratificado que tras analizar las dos botas del acusado y la ropa interior de la víctima detectaron gasolina, es decir, que el sospechoso utilizó esta sustancia acelerante para pegar fuego a su pareja.

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