Hace tiempo que Més es un páramo, pero todavía sobrevive alguna que otra cabeza pensante. La rápida reacción de los econacionalistas la mañana del viernes 4, acusando públicamente a sus socios del PSOE de prostituir la ecotasa, levantó ampollas y aumentó el tono de la protesta generalizada -"a los hoteleros, ni agua"-, dejando una vez más a los socialistas en minoría y al Podemos de Juan Pedro Yllanes y Mae de la Concha de simple comparsa de Armengol.

Mientras en el PSIB defienden que no han rectificado con la ecotasa por "la pataleta" de Més sino porque "era inviable técnicamente" subvencionar a los hoteleros con el gravamen sobre el turismo, los nacionalistas están que se suben.

"Nos ha salido redondo", celebran en la calle Antillón. Més se halla en periodo precongresual, pero el entusiasmo no se desata. El desmarque por la ecotasa ha supuesto un mayor revulsivo interno que el anuncio de que Antoni Noguera liderará la formación a partir del 29 de noviembre. Antes de que Noguera aceptara, dijeron que no el mallorquín Antoni Llabrés, profesor de Derecho en la Universitat de València; o Miquel Oliver, alcalde de Manacor; Joan Mas Collet quería, pero su conciudadano montuïrer Pere Sampol le dio un baño de realidad. Y Josep Ferrà -el eterno fontanero- "no se atreve a ponerse en primera fila. Nunca lo hará", vaticina un dirigente. Por el camino surgieron algunos nombres más, pero tampoco fructificaron. Porque el destino de Més continúa siendo hoy por hoy incierto, y nadie quiere quemarse en exceso. "Falta ilusión y gente que tire del carro", resume la situación un concejal de la Part forana. La actual cúpula quedará laminada en el cónclave, y los cachorros se mueven para no quedarse huérfanos.

En este contexto, Noguera se antoja la mejor solución -de hecho, la única-, aunque el exalcalde de Palma rechazó la oferta en un primer momento; tras dar el paso, se está animando. Eso sí, hay quien sigue sin creerse su firme negativa a ser el candidato en 2023.