Carlos P.F., acusado de asesinar a su pareja Xue Sandra S.M., de 34 años, quemándola viva e incendiar el domicilio familiar estando dentro su propio hijo, un bebé de 22 meses, en Alcúdia en el verano de 2016, ha aceptado hoy ante un jurado popular en la Audiencia de Palma una condena de 30 años y ocho meses de prisión.

El asesino confeso, español de 39 años, se ha declarado autor de un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento y la agravante de parentesco, otro delito de incendio con peligro para la vida de las personas y otro de lesiones en el ámbito familiar.

Las partes han alcanzado un acuerdo hoy al mediodía, por el que también se le ha apreciado la circunstancia atenuante de confesión, ya que desde el primer momento el acusado reconoció ser el responsable de los hechos.

Pese a haberse conformado con 30 años y ocho meses de cárcel, la pena efectiva de cumplimiento será de 25 años. El hombre lleva en prisión provisional desde que ocurrió el crimen machista, a finales de junio de 2016.

En concepto de responsabilidad civil, deberá pagar unos 200.000 euros de indemnización. También ha aceptado la privación de la patria potestad respecto de su hijo, así como la prohibición de aproximarse y comunicarse con él durante 25 años.

El crimen machista ocurrió en el verano de 2016. El acusado mantenía una relación sentimental con Xue Sandra desde 2012, con la que tenía un hijo en común y convivían en una finca en Alcúdia. A finales de junio, su relación era inestable, según la fiscalía. El 28 de junio de 2016 mantuvieron una discusión en la que la joven le comunicó que no quería volver con él, si bien accedió a que él siguiera viviendo en el domicilio. El procesado se marchó de la casa y le advirtió de que volvería para matarla.

Al día siguiente, 29 de junio, sobre las siete y media de la mañana, el hombre volvió a la vivienda con un litro de gasolina con el firme propósito de acabar con las vidas de su pareja, según la fiscal. Carlos P.F. aprovechó que era muy temprano y que las víctimas dormían. Entró en casa golpeando la puerta de entrada, subió al dormitorio principal y se encontró con la mujer, quien alertada por el ruido se había levantado. Entonces, la roció con gasolina y le pegó fuego con un mechero, lo que originó un incendio, sabiendo que las llamas se podían extender y alcanzar a su hijo.

La víctima, envuelta en llamas, corrió a coger a su hijo para salvarlo. Saltó con él por la ventana y condujo su coche hasta llegar a casa de su madre, donde pidió auxilio. Sufrió gravísimas quemaduras en el 80% del cuerpo. Fue trasladada al hospital de la Vall d´Hebron en Barcelona. Tras varias intervenciones, la joven murió el 8 de agosto de 2016. Su bebé sufrió quemaduras en la mejilla y una pierna y otras lesiones de las que tardó 30 días en curar.