Las familias de Balears con niños recién nacidos deben en estos momentos rascarse los bolsillos para poner a sus hijos todas las vacunas que los pediatras les aconsejan en sus consultas públicas. Abonar estos fármacos no cubiertos en esta comunidad -en otras más ricas o más diligentes sí lo están- supone en estos momentos un gasto de 561 euros en el mejor de los casos o de 583 si se opta por el preparado de la vacuna contra el rotavirus que se dispensa en tres dosis.

Pese a este alto coste, la mayoría de las familias no duda en dejar de salir a cenar varios días para ponérselas a sus hijos. O, en caso de que no puedan afrontar el gasto, acuden a los servicios sociales de sus ayuntamientos en busca de que se las financien. "Tenemos las mejores tasas de cobertura de vacunación en el primer año de vida del mundo", resalta orgulloso Edelmiro Vergés, pediatra del centro de salud de Alaró.

Este especialista detalla que, siguiendo las recomendaciones del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), a día de hoy está prescribiendo a sus pacientes que se pongan la vacuna oral contra el Rotavirus en dos dosis a razón de 94 euros cada una entre los dos meses y cuatro meses de edad o en tres dosis de 70 euros en este mismo periodo vital.

De la misma manera actúa con la vacuna que preserva contra el meningococo B, el más prevalente en este país, agente bacteriano que puede causar la indeseada meningitis. "Recomiendo poner esta vacuna no financiada a los tres y cinco meses de edad y la última dosis a los 13 meses. Y cada una cuesta 106 euros. Por último, ahora también hemos incluido la tetravalente que protege contra 4 serotipos de esta bacteria y que aconsejamos poner al año de edad con un coste de 55 euros", concluye el pediatra recordando lo expuesto en esta información, que Sanidad ha excluido a los bebés de esta vacuna tetravalente.

Sobre la vacuna contra el Rotavirus, Vergés señala que preserva contra "un germen que coincide en su onda epidémica con la de la gripe. Provoca casos de gastroenteritis graves pero, en los países desarrollados, no mata a nadie. Eso sí, es una enfermedad democrática, afecta tanto a ricos como a pobres y es de fácil contagio nosocomial (hospitalario). Es muy habitual que el niño que sea hospitalizado por un asma o una bronquiolitis la coja. Por eso la recomendamos. Para luego no tener que enfrentarnos a unos padres que han visto a su bebé conectado a un suero durante siete días que nos preguntan por qué no les informamos de que podrían haberse evitado esa angustia con una vacuna".