Si alguna vez se constituyen las Cortes Generales de este país, el Congreso tendrá una tarea pendiente: debatir sobre una ley de seguridad del paciente que propondrá igualar al menos la ratio de enfermeras por cada mil pacientes de este país a la media europea. O lo que es lo mismo pasar de 5,3 enfermeras por cada mil habitantes a las 8,8 de las que gozan los ciudadanos de Europa.

Y este debate será posible gracias a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) promovida a nivel estatal por el sindicato de enfermería SATSE que en los últimos 11 meses ha recogido un total de 660.564 firmas, una cifra que ha superado con creces las 500.000 necesarias para que esta iniciativa pueda abordarse en el Congreso. Esta comunidad ha contribuido con 15.557 rúbricas para que se lleve a cabo.

Según estudios realizados por el SATSE, Balears sale malparada. En las Islas faltarían 3.534 enfermeras, sumando la sanidad pública y la privada, para aproximarse a la media europea.

Solo en el Servei de Salut, que es sufragado con los impuestos de todos los ciudadanos, se necesitarían 2.371 profesionales más, 1.953 de ellas en Atención Especializada (hospitalaria) y 418 en Atención Primaria, estima este sindicato, que abunda que mientras una enfermera de un centro de salud de las islas tiene a su cargo 1.845 pacientes, la media nacional es de 1.649 tarjetas sanitarias, casi 200 usuarios menos.

Litha Otero, secretaria de organización del SATSE, lamenta que esta circunstancia evita que las enfermeras de los centros de salud puedan dedicarse a la prevención y la promoción de la salud. “Las enfermeras de Primaria, en mayor medida, deberían estar más en la calle visitando centros escolares o centros de día educando a la población en buenos hábitos que eviten que les lleguen ya enfermos a los centros de salud. De la misma manera, esta carencia de profesionales lastra las visitas domiciliarias que comprueban que haya un buen ambiente o una alimentación adecuada en las casas visitadas”, explica.

Fines de semana y noches

Respecto a la Atención Especializada, Otero matiza que el problema se encuentra en hospitalización, “sobre todo durante los fines de semanas y los turnos de noche”, señala, momentos en los que en los hospitales públicos soportarían inasumibles ratios asistenciales de hasta una enfermera para cada 20 pacientes cuando la prudencia aconseja que no atendieran a más de 6 u 8. “En los servicios sensibles como la UCI ya se encargan de que cada enfermera no asista a más de dos pacientes”, diferencia la secretaria sindical. Y es que Otero recuerda que el estrés de las enfermeras se traduce en una menor seguridad del paciente. Y otro estudio de su sindicato concluyó que el 75% de las de Balears lo están.