"Nuestra nueva sede en Palma es un gran ejemplo de cómo trabajar de forma más inteligente y reunir talento en un lugar desde el que poder ofrecer un servicio de alta calidad a todo Thomas Cook (TC) y sus clientes". Palabras de Peter Fankhauser a la prensa local mientras visitaba las obras del edificio del grupo británico en el polígono de Son Valentí en 2017. Previsiblemente mañana quien llegará a la sede financiera del turoperador quebrado es el administrador concursal José Echeverría Larrañaga, de PWC.
En manos de este profesional está, entre otras cuestiones, el futuro de los más de 700 empleados de In Destination Incoming, la filial de Thomas Cook en Son Valentí. Cabe recordar que en juzgados palmesanos de lo mercantil se tramitan los concursos o preconcursos de acreedores que afectan a unos 3.400 trabajadores del turoperador.
"Echo de menos que se hable de la realidad de muchos compañeros, los que se acercan a los 50 años", se sinceraba una extrabajadora de Thomas Cook, que el viernes pasado se acercó hasta el polígono para acompañarles en la asamblea que tuvieron, esa a la que llegó el conseller Iago Negueruela para explicar cómo será el cobro de los 500 euros mensuales que recibirán por un máximo de cuatro meses, mientras se recolocan o empiezan a cobrar prestaciones. "Algunos, gente que solo hacía facturas, nunca han hecho un currículum. A mí en siete años me dieron la oportunidad de aprender alemán, a ellos no les ofrecieron ni un curso de inglés".
Se mueven contactos sin parar. "Tanto los de Recursos Humanos como los de Dirección -dijeron desde la recepción de la empresa-, dan facilidades para ir a entrevistas y comparten sus contactos, cuando ellos están en la misma situación".
Si algo destacan los más jóvenes y los veteranos trabajadores de Thomas Cook es el clima de trabajo. "Teníamos un buen sueldo comparado con otros sitios y buen ambiente. Ojalá repitamos equipo", comentaba una joven.
Cuando en febrero de 2018 se abrió la nueva oficina del turoperador, se crearon 325 nuevos puestos que se sumaron a los 325 existentes. "La comprobación de facturas se llevaba desde India, había fallos por problemas del idioma y se trajo a España (Palma) porque salía más barato que en Alemania o Francia. Aquí se pasaron con las contrataciones". Y con los sueldos. "Tenía compañeros que no eran jefes y cobraban 50.000 euros anuales", rememora la extrabajadora. "Y a los directivos se les pagaba una salvajada y muchos bonus".
Tiene la mente puesta en sus excompañeros veteranos. Aquellos a los que la ex consejera delegada de Thomas Cook Harriet Green, ahora CEO de IBM Asia Pacific, miraba con horror cuando visitó Palma en el 2013, entonces en las oficinas que compartían con Iberostar. Le preguntó a mujer de edad avanzada sobre los años que llevaba en la empresa y calculó lo que cobraba. "Mandó una orden: o esos trabajadores se iban a la calle o se convertían en fijos-discontinuos". Estos empleados "no aplaudieron cuando el conseller les habló de los 500 euros". Les urge, además de trabajo, formación.
