Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Boulevard

Más, Més, ComproMís, PodeMós HabeMús

Miró y André Masson dan la bienvenida tardía a Francis Bacon a la internacional surrealista en el Grand Palais en 1971.

Més ha enderezado el rumbo desde que se negó a actuar de correa de transmisión de una Francina Armengol en horas bajas. Sin embargo, las generales han colocado a los ecosoberanistas frente al dilema de Hamlet, ser o no ser de Más Qué País. La diferencia es suculenta, el primer diputado nacionalista de la historia de Mallorca. Las encuestas apuntan a que la serpiente multicolor vigente de PSOE-Podemos-Ciudadanos-PP-Vox podría estirarse hasta incorporar a Íñigo Errejón al tablero. Seis partidos se reparten ocho diputados.

Más, Més, ComproMís, PodeMós HabeMús, menos surrealista de lo que parece. La avispada valenciana Mònica Oltra no solo ofreció su brazo a Errejón, también sugirió que los nacionalistas mallorquines la acompañaran en la empresa. Las raíces en competencia con el resultadismo. Y lo mejor es que Més le arrebataría su escaño en el Congreso al PSOE. (No puedo seguir porque he escrito antes el resto del artículo, y no me apetece comprimirlo).

No sé si me asusta más Greta Thunberg o Malena Company. La ironía de Thomas Cook son las víctimas innecesarias de la quiebra. Por ejemplo, miles de turistas británicos que no han venido a Mallorca por haber reservado con esa firma podrían haber disfrutado tranquilamente de sus vacaciones en la isla, subcontratadas por el gigante a otros turoperadores. Los subsidiarios no siempre han podido localizar a los damnificados, al disponer únicamente de sus nombres y verse bloqueados por la protección de datos. En consecuencia, numerosos viajeros han pagado dos veces por un avión y hotel que seguían vigentes.

Cuando cayó la compañía aérea Monarch, los ejecutivos de Thomas Cook se opusieron frontalmente a las ayudas estatales y a que se pagaran los costes de repatriación de los turistas. Entre la gazmoñería de los expertos turísticos locales, sobresale el deslenguado mallorquín adoptivo Michael O’Leary, proclamando desde el timón de Ryanair que “el paquete vacacional se ha jodido”, palabra que nunca saldría de nuestros labios. Y mientras la España socialista rescata hoteleros, el Reino Unido ultraconservador de Boris Johnson intenta encarcelar a los ejecutivos sin vergüenza, investigando ahora a los auditores del turoperador.

Miles de personas me paran por la calle para preguntarme si la ausencia de caldereta de langosta en la opulenta boda menorquina de Manuel Valls y Susana Gallardo se debe a las resonancias de Biel Company en Cabrera con el crustáceo o como se diga. Les corrijo que han evitado ese molusco o como se diga con pinzas porque le acaba de costar el cargo a un ministro de Medio Ambiente de Emmanuel Macron. Los impertinentes insisten en su asedio, ahora para indagar cómo se han tomado en Menorca la afrenta de que el postre del banquetazo Gallardo/Valls fuera “une ensaïmada traditionnelle de Majorque”, de crema fresca y chocolate caliente. La rivalidad interislas sobrevivirá a este nuevo ejemplo de colonialismo mallorquín.

El Pompidou recoge la exposición parisina más importante de Francis Bacon en veinte años, y lo sé porque renuncié a una invitación a la anterior, en uno de mis momentos de imbecilidad espero que transitoria. En el catálogo de Bacon en toutes lettres se reproduce la imagen que hoy nos ilustra, donde Joan Miró y André Masson dan la bienvenida tardía al pintor dublinés a la internacional surrealista en el Grand Palais en 1971, Más Més Mís Mós Mús. Y no olviden a Erika Brausen, la semimallorquina desconocida que liga los universos mironiano y baconiano.

José Ignacio Aguiló dejó un excelente recuerdo a pesar de formar parte del gabinete de Herr Kommandant Bauzá. Ahora acaba de ser padre de una hija, con uno de los nombres más bellos que puede llevar una mujer. Vean Downton Abbey, la película relajante del año, donde aristócratas y reyes son una partida de mentecatos, en tanto que los sirvientes sobresalen por su agudeza de Baltasar Gracián.

Reflexión dominical cohechadora: “Recibió un soborno que no era enorme, y donde su carácter módico dejaba sin excusas al ministro que lo aceptó”. (Anatole France, La isla de los pingüinos).

Compartir el artículo

stats