"Nuestro objetivo es abrir las puertas del Derecho a las personas excluidas, hacer un acompañamiento jurídico a las personas que no saben leer el Derecho", explica Margalida Capellà, directora de la Clínica Jurídica de la Universitat de les Illes Balears, una especie de Samur en materia legal para los más desfavorecidos.

El Colegio de Abogados de Balears fue escenario ayer del VIII encuentro de las Clínicas Jurídicas españolas, una fórmula que aglutina a estudiantes de cuarto de Derecho, letrados en ejercicio y organizaciones no gubernamentales para dar una primera respuesta legal a los graves problemas jurídicos que padecen los más marginados de la sociedad.

Básicamente, la idea, que ya lleva seis años funcionando en Palma, consiste en que estudiantes de Derecho y otros grados hagan sus prácticas atendiendo a los excluidos. Los alumnos se entrevistan con estas personas y hacen una especie de diagnóstico legal de su situación, luego lo plasman por escrito y diseñan los pasos a seguir. Un abogado que actúa de forma altruista (pro bono) supervisa el informe y lo pule.

"La abogacía pro bono consiste en la responsabilidad que tienen los abogados de interesarse por lo que acontece a los ciudadanos y a la sociedad, con la Clínica Jurídica no estamos quitando trabajo a otros abogados, porque son persona sin ningún tipo de recursos", apunta Patricia Campomar, responsable en el Colegio de Abogados de esta iniciativa.

La Clínica Jurídica de Palma funciona en contacto con tres ONGs: Cruz Roja, Cáritas Diocesana y la Fundación Montesión Solidaria, que son las que canalizan las peticiones de consejo legal.

"Atendemos casos de extranjería, arrendamientos y derecho de familia, pero puede surgir de todo", manifiesta Campomar.

Abogados de oficio

La fórmula no consiste únicamente en asesorar a los excluidos sobre sus problemas legales, "también, si son casos con contenido judicial, se les pone en contacto con el servicio de orientación jurídica del Colegio de Abogados para que puedan acceder a un abogado de oficio", apostilla la letrada.

La Clínica Jurídica también orienta a las personas en situación de vulnerabilidad a los servicios sociales, si su problema es extrajudicial. "En seis años de funcionamiento hemos atendido a más de mil personas vulnerables socialmente y han participado en el programa más de 200 alumnos", hace balance Margalida Capellá.

Itamar Restrepo Masgrau, María Magdalena Vila Canaves, María Manresa Nadal, Rosa Luzmila Sánchez Mercado y Amaya Lobato Fernández, son algunos de los estudiantes que ya han pasado o colaboran con la Clínica Jurídica.

"Hemos aprendido a entrevistar a las personas y hemos comprobado que, a veces, resulta difícil porque no quieren hablar de según qué cosas o por su delicada situación personal", indica María Manresa.