"Un orgullo, un honor, algo que nunca imaginé que me pasaría al venir a Mallorca a hacer el trabajo que tenía que hacer", ha explicado este mediodía con su proverbial humildad el cirujano cardiaco Oriol Bonnín tras plantar un olivo en los jardines adyacentes al rectorado de Son Lledó en el acto previo a su investidura, esta tarde a partir de las siete de la tarde en el salón de actos de ese mismo edificio, como doctor honoris causa de la UIB.

Acompañado por el rector, Llorenç Huguet, y sus padrinos Miquel Roca y Margalida Gili, decano y videcana respectivamente de la facultad de Medicina, y el catedrático y director del Instituto Univrsitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS) Félix Grases, Bonnín señaló que se había decantado por plantar esta especie en que "el olivo es el árbol más representativo del Mediterráneo y de Europa, a la vez que es un símbolo de la paz".

También ha rememorado que su decisión de hacerse cirujano la tomó en su adolescencia durante unas vacaciones estivales en Castellbisbal, un pueblo cercano a Barcelona, ha precisado, cuando, ha dicho, fue testigo de la muerte inevitable en esos tiempos de un vecino.

"Vivía en la calle del Olivar y en un campo adyacente había una enorme olivo, el más grande que he visto en mi vida, en cuya sombra me cobijé en muchas ocasiones. Por eso cuando me dijeron qué árbol quería plantar no lo dudé ni un segundo", ha argumentado.

Preguntado por cuáles han sido los momentos más gratificantes de su prolífica carrera, el cirujano no ha sabido precisar ninguno: "He podido ver cómo algunos pacientes a los que he operado se han casado, han tenido hijos. Por ello he pensado: quizá hayamos hecho algo de provecho".