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Resonancias magnéticas sin efectos secundarios

Radiología de Son Espases evita complicaciones a pacientes con marcapasos o prótesis durante las pruebas

Resonancias magnéticas sin efectos secundarios

El servicio de Radiología de Son Espases cuenta con tres resonancias magnéticas con las que se realizan unas 20.000 exploraciones anuales. De estas, unas 3.000 se realizan a pacientes portadores de prótesis o implantes que pueden sufrir daños o complicaciones durante la realización de la prueba. Desde finales de 2017 el servicio ha adoptado precauciones para evitar estos "efectos colaterales" de las resonancias que su máximo responsable, Joan Palmer, detalla.

"Antes, el hecho de llevar un marcapasos suponía una contraindicación absoluta para hacerse una resonancia. Ahora ya no lo es. Todo depende del estado del paciente, si puede estar un tiempo con el marcapasos desconectado, o del tipo de aparato que lleva", comienza el jefe de Radiología de Son Espases, que revela que un marcapasos puede funcionar mal a raíz de la prueba.

Y antes de ese año la mayoría de pacientes portadores de implantes solo eran detectados cuando llegaban al servicio para la prueba, por lo que esta se retrasaba hasta que se comprobaba la compatibilidad del material del implante o, si esa comprobación no se podía hacer o se concluía que el implante no era seguro, el usuario debía irse sin poder realizársela. Desde finales de 2017 se adopta un protocolo estándar que pasa por una encuesta telefónica previa a la prueba que luego se traslada a un técnico de imagen que comprueba en una base de datos si el implante o prótesis es compatible o no con ella.

Con posterioridad, desde hace aproximadamente un año, se ha implicado a otros servicios para aumentar la seguridad del paciente. "A un portador de marcapasos le enviamos a Cardiología antes de la exploración para que se lo desconecten y, una vez realizada, vuelve a la consulta para que lo pongan de nuevo en funcionamiento", explica.

Bombas de "relojería"

Las bombas de infusión de medicamentos también pueden trocarse peligrosas durante estas pruebas, revela el jefe de Radiología recordando un caso reciente acontecido en Madrid en el que uno de estos artilugios que liberaba pequeñas dosis de morfina a un paciente se "descontroló" durante la resonancia y dosificó todo el fármaco comprometiendo seriamente la salud de su portador.

"El campo magnético puede alterar el ritmo pautado de inyección del medicamento", detalla el radiólogo, que añade que en estos casos también se deriva al paciente a la unidad del dolor para que le desconecten la bomba infusora temporalmente.

Aparte de marcapasosy bombas, los implantes de prótesis también son problemáticos en estas pruebas: "Si se hace la resonancia una vez transcurridas seis semanas de su colocación, no suele haber complicaciones aunque sí es posible que provoquen errores de la imagen o que su material, bajo el campo magnético, absorba calor provocando quemaduras al paciente", señala Palmer detallando que, en estos casos, se programa la prueba en resonancias de menor intensidad.

Aunque cada vez se usan materiales más compatibles con las resonancias, Palmer revela que se están centrando en aumentar la seguridad de un área ahora más frecuentada por adjuntos profanos de otros servicios: "El campo magnético no se desactiva nunca y alguien puede entrar con objetos que pueden ser atraídos con mucha fuerza y provocar accidentes", advierte.

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