La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha vuelto a levantar la liebre en lo que al pago de los tratamientos farmacológicos por parte de la sanidad pública se refiere. Y ayer este asunto fue tratado en la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos. Expertos consultados por este diario avanzaron que, una vez llegado a este nivel, lo más probable es que antes de final de este año el Servei de Salut ya esté abonando estos fármacos comercializados como Champix.

La comisión en la que ayer se abordó esta financiación, en la que participan los titulares de la secretaria general de Sanidad y Consumo y de la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud, dos directores generales del ministerio de Economía y Hacienda y dos altos cargos de Hacienda y de Presupuestos y Gastos, es el paso final para decidir qué oferta económica se le hace a la farmacéutica titular de la patente de la molécula vareniclina, principio activo del Champix.

Cuando se alcance un acuerdo con la farmacéutica, la ministra convocará un Consejo Interterritorial de Salud y comunicará a los diferentes consejeros autonómicos la fecha a partir de la cual el fármaco quedará incluido en la cartera de prestaciones de la sanidad pública de este país. Un hecho que los expertos consultados no dudan de que se producirá antes de que acabe el año. Estos anuncios se hacen más acuciantes en periodos preelectorales, añadieron.

Esto no quita que los pacientes que se beneficien de esta financiación pública, en el caso de que sean trabajadores activos, tengan que abonar el 50% del coste del medicamento tal y como hacen con todos los fármacos prescritos por facultativos del IB-Salut.De 310 a 380 euros

Expertos consultados (ver recuadro) detallaron que el coste de estos fármacos durante las cuatro primeras semanas de tratamiento asciende a 125 euros, cantidad que se eleva a una horquilla que va desde los 310 a los 380 euros por los dos o tres meses durante los que suele prolongarse el tratamiento.

La anterior dirección general de Salud Pública realizó un cálculo del coste que supondría para el Servei de Salut financiar estos fármacos en Balears en base a una experiencia realizada en la comunidad autónoma de Navarra antes de la crisis. Allí, en el último ejercicio que se realizó, se dispensaron estos fármacos a un total de 6.139 pacientes con un coste de 734.222 euros.

Teniendo en cuenta que la población de esta comunidad autónoma prácticamente dobla a la de Navarra, no es aventurado adelantar que el coste de la dispensación de los tratamientos antitabaco en las islas ascenderá al millón y medio de euros anuales y que de los mismos se beneficiarían unos 12.000 pacientes cada año.

En la actualidad se estima que el 25% de los hombres y el 20% de las mujeres residentes en este archipiélago fuman, según se refleja en la estadística nacional de Salud correspondiente al año 2016.

Pere Rosselló, enfermero de Primaria experto en estos tratamientos y en las terapias grupales que se organizan en los centros de salud para dejar de fumar, revela que entre los años 2005 y 2018 se conformaron 195 grupos de pacientes que querían abandonar este hábito. En ellos, enumera, empezaron la terapia 2.310 personas de las que 1.025 ya no fumaban al terminarla. Transcurrido un año, 558 seguían sin hacerlo.

Este especialista no duda de que la financiación de estos fármacos ahorrará dinero al sistema de salud ya que el tabaco está detrás de innumerables cánceres y de enfermedades muy costosas e invalidantes como la Pulmonar Obstructiva Crónica, recordó.

"Ocupa los receptores de la nicotina y fumar ya no da placer"

"La vareniclina (principio activo del Champix, el fármaco antitabaco que financiará la sanidad pública) actúa a nivel cerebral. Al dar una calada, la nicotina tarda siete segundos en llegar al cerebro donde se modula la respuesta de la hormona dopamina que da placer al fumador. Pues bien, este fármaco ocupa los receptores cerebrales de la nicotina provocando que fumar ya no dé placer", explica Pere Rosselló, enfermero de Primaria experto en tabaquismo que forma parte de la comisión técnica de prevención y tratamiento de este nocivo hábito.

Rosselló advierte no obstante de que estos tratamientos farmacológicos han de ir acompañados de terapias cognitivas-conductuales para "desmontar el día a día en el que estás enganchado al tabaco".

"El medicamento pierde eficacia sin estas terapias que te enseñan a evitar los momentos críticos en los que el fumador está más expuesto a recaer en el vicio", explica este especialista que detalla que durante la primera semana de tratamiento el paciente sigue fumando aunque disminuyendo paulatinamente la cantidad de cigarrillos. Y no le resulta difícil ya que, subraya Rosselló, "el paciente tiene la sensación de fumar paja, ya no obtiene placer, ya no le llena".