Lo que ya anticipaban algunos portales inmobiliarios a través de sus propios estudios ha quedado ahora confirmado oficialmente por el Ministerio de Fomento: Balears tiene los pisos más caros de España. El municipio del país con la vivienda más prohibitiva es el de Eivissa, que ha desbancado por primera vez a San Sebastián, que lideraba el ranking ininterrumpidamente nada menos que desde octubre de 2007. En Mallorca, Calvià se sitúa como la undécima ciudad más cotizada.

Según la última estadística de valor tasado de la vivienda, referida al segundo trimestre del año en curso y publicada recientemente por el Ministerio de Fomento, el precio por metro cuadrado en el municipio de Eivissa alcanzó los 3.709 euros, lo que deja atrás los 3.620 euros de San Sebastián en el mismo periodo, los 3.417 de Barcelona o los 3.223 de Madrid.

Asimismo, la Pitiusa mayor cuenta además con el tercer municipio con la vivienda más cara: Santa Eulària, donde el metro cuadrado alcanzó los 3.608 euros. Ya en Mallorca, Calvià es el undécimo lugar del país con la vivienda más cotizada: 2.936 euros el metro cuadrado. Palma se sitúa entre las treinta ciudades mayores de 25.000 habitantes más caras: con un precio del metro cuadrado de 2.096 euros.

El mayor aumento

El municipio de Eivissa no solo tiene la vivienda más cara de España, sino que también es donde más rápidamente ha subido, pues los precios se dispararon un 56,5% desde 2014 a 2019, mientras que en Barcelona el aumento ha sido en dicho periodo de un 43,1%, en Madrid fue del 35,1% y en San Sebastián, del 9,8%. Se trata, por tanto, de un aumento sin precedentes. Los más caros del país son, por este orden: Eivissa (3.709 euros), San Sebastián (3.620), Santa Eulària (3.608), Sant Cugat del Vallès (3.431), Barcelona (3.412), Madrid (3.223), Pozuelo ( 3.186) Castelldefels (3.087), Majadahonda (3.030), Getxo (2.962) y Calvià (2.936).

Estos datos, hechos públicos ayer por el diario El País, ponen de manifiesto hasta dónde está llegando la presión turística sobre el parque residencial ibicenco. Tal y como demuestran reiteradamente los hechos, una gran parte de las viviendas de la isla son utilizadas de forma clandestina como alojamientos turísticos, lo que ha disparado el precio de los alquileres y ha convertido en prohibitivo el acceso a la vivienda, incluso para personas que trabajan.