La Junta Electoral Provincial dio ayer un plazo de 24 horas a Més y al presidente del Parlament, Vicenç Thomas, para retirar el lazo amarillo que los ecosoberanistas colgaron en el balcón de sus oficinas en la cámara autonómica. La resolución es la respuesta a la denuncia presentada por el PP, que el órgano electoral acepta en todos sus términos. Los diputados de Més advierten que no van a quitar el símbolo y dejan la decisión en manos del Parlament: “Nosotros no lo tocaremos”, mantienen.

En una resolución firmada por el vocal de la Junta Electoral, el presidente de la Audiencia Provincial, Diego López Reino, se informa que el órgano electoral decide por unanimidad dar este plazo de 24 horas para “la inmediata retirada” del lazo que los ecosoberanistas colgaron en el balcón de sus oficinas en el Parlament el pasado 10 de septiembre, con motivo de la Diada de Cataluña. Los miembros de la Junta Electoral Provincial argumentan que los lazos amarillos son “signos que pueden ser legítimamente utilizados por estas formaciones políticas como propaganda electoral, pero no por los poderes públicos (como es el caso del Parlament), ya que deben mantener una rigurosa neutralidad política”.

Més estalla contra el PSOE

“Nosotros no lo tocaremos”, avisó ayer en declaraciones a este diario el portavoz de Més, Miquel Ensenyat, al tener conocimiento de la resolución de la Junta Electoral. “Veo que es un símbolo que les molesta y lo entiendo, porque les da vergüenza”, reflexionó el dirigente ecosoberanista, apuntando que el lazo recuerda que “a día de hoy tenemos presos políticos” que “ponen en duda que tengamos una democracia consolidada”.

Los ecosoberanistas dejan, de esta manera, en manos del presidente del Parlament, el socialista Vicenç Thomàs, la decisión de acatar y retirar el lazo amarillo.

Precisamente, Més estallaba ayer con dureza contra el PSOE, después de que su portavoz, Silvia Cano, planteará la aprobación de una especie de ley de símbolos para el Parlament: “una normativa de usos” de los exteriores de la cámara para “garantizar la neutralidad de las instituciones”.

“No se puede gobernar contra los socios que apoyamos la investidura”, advirtió Més al PSOE.