La quiebra del grupo turístico Thomas Cook está provocando que, sin haber concluido todavía septiembre, algunos hoteles hayan comunicado que cierran por este año al haber perdido la mayor parte de la clientela, pese a que no tenían previsto hacerlo hasta principios de noviembre. Las zonas donde se están registrando algunas de estas comunicaciones son Cala d'Or o Cala Millor. Desde los sindicatos se ha anunciado ya que si esta bajada de barrera se hace "por las bravas"los van a tener en frente, pero al mismo tiempo anuncian su predisposición a negociarlas y a ser flexibles, alegando ser conscientes del impacto que la caída de la empresa británica tiene en el sector.

Fuentes empresariales destacan la precaria situación existente en muchos establecimientos de las zonas más dependientes del mercado británico, como Palmanova-Magaluf, o incluso en otras más alemanas como la Platja de Palma, pero en las que Thomas Cook también mantenía un buen nivel de actividad. Pero el impacto llega a muchos más lugares, y se centra en aquellos hoteles con más peso del grupo británico.

Estos anuncios de cierre prematuro al dar la temporada de este año por concluida tienen un especial impacto sobre sus plantillas, dado que muchos empleados fijos-discontinuos pensaban que iban a poder mantener su actividad hasta principios de noviembre, y ahora va a ver como se reduce en un mes.

El secretario general de UGT-Hostelería, Antonio Copete, reconoce el impacto que para muchos negocios hoteleros tiene la quiebra de Thomas Cook, al perder parte de su clientela para lo que resta de temporada, de ahí que anuncie la predisposición sindical a negociar una conclusión prematura de la misma con el menor perjuicio para los trabajadores y para evitar la destrucción de puestos de trabajo. En este sentido, subraya que el convenio deja margen para ello, y que se abren posibilidades como disfrutar este año de parte de las vacaciones del próximo para poder seguir así cobrando la nómina.

Esta situación explica que desde Balears, al igual que desde otras comunidades autónomas, se estén reclamando al Gobierno central ayudas para los hoteleros afectados.

Clientes de Thomas Cook

Otro dato conocido ayer, en este caso facilitado por la conselleria de Turismo, es la cifra de clientes de Thomas Cook a los que la quiebra les ha sorprendido en suelo mallorquín. En la isla hay actualmente 36.000 turistas de este grupo, aunque solo 8.000 son británicos y se encuentran sin vuelo para regresar a su país. Otros 22.000 corresponden a la rama alemana y pueden volar con Condor, que sigue operativa, y 6.000 son de TC Scandinavia y también tienen medio de transporte. Todos ellos deben de regresar a sus hogares antes del día 6. En Eivissa hay unos 5.000 y en Menorca alrededor de 3.500.

En el caso de los británicos, se les está acomodando en vuelos organizados dentro del plan de repatriación que se ha puesto en marcha.

Así, ayer se cancelaron 14 vuelos de Thomas Cook en Palma, pero al mismo tiempo despegaron de Son Sant Joan cinco aviones de rescate que transportaron a unas 900 personas, de ahí que desde la Conselleria se insista en que el retorno de estos visitantes se está produciendo con normalidad.

Los transportistas seguirán dando servicio a los turistas afectados

Un 30% de las empresas de transporte discrecional por carretera de Balears se han visto afectadas por la quiebra de Thomas Cook, según los cálculos de la Federación Empresarial Balear de Transporte, lo que equivale a 35 de ellas (25 de Mallorca), tal y como informó ayer Diario de Mallorca, si bien seguirán ofreciendo durante esta semana sus servicios porque están “pillados por el contrato” con Thomas Cook, según explicó ayer el de la FEBT, Rafael Roig.

El coste de estos contratos con el turoperador de las operaciones realizadas desde julio hasta septiembre asciende hasta los 5 millones de euros y aún pendientes de pago.

Rafael Roig ha comentado que hoy se reunirá con los sindicatos y patronales de transporte y hoteleros, y con el conseller de Turismo, Iago Negueruela.