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Caso Cursach

Acusan a un policía por amenazas a una testigo del caso Cursach

Según la víctima, expareja del agente, "me apuntó con los dedos como si fuera una pistola y me dijo: Testigo protegido vamos a ir a por ti"

Ernesto V., ayer, en el juzgado de lo penal número 1 de Palma. Manu Mielniezuk

"Ernesto me apuntó con los dedos como si fuera una pistola y me dijo: Testigo protegido 30 vamos a ir a por ti, testigo protegido 30, vamos por ti", explicó ayer en el juzgado de lo penal número 1de Palma una mujer que, en febrero del 2016, informó a los investigadores del caso Cursach sobre un grupo de policías locales, entre los que se hallaba su expareja (Ernesto V. T.), que serían corruptos y acudirían a fiestas con cocaína y prostitutas. El acusado, que se enfrenta a una condena de un año y medio de cárcel, negó haber intimidado a su exnovia, con la que tiene una niña de corta edad, pero admitió que el día de las supuestas amenazas sabía que ella era testigo protegido en el caso Cursach.

Según la mujer, que declaró tras un biombo, los hechos ocurrieron hacia las 4.30 de la tarde del 16 de julio del 2016 en la vivienda de su antigua "suegra", a donde había ido a recoger a la hija que tiene con el acusado.

"Ernesto bajó la escalera de la casa como loco y me profirió amenazas, la niña no estaba presente porque en ese intervalo yo la estaba metiendo en el coche", aseguró la denunciante.

"Yo no pensaba denunciarle, pero unos guardias civiles que trabajan conmigo me aconsejaron que lo denunciara. Cuando fui a la Policía a denunciarlo me dijeron que era muy grave porque él no debía saber el número de testigo protegido que yo era", apostilló la supuesta víctima.

"Decía mentiras"

El acusado ya no es policía local tras ser condenado, en junio del 2017, a un año y tres meses de cárcel (sustituibles por una multa) por participar en la agresión múltiple a un detenido en los calabozos de San Ferran de Palma.

"La madre de mi hija había dicho mentiras [a los investigadores del caso Cursach] de que mis compañeros [policías] y yo formábamos parte de un grupo organizado que tomaba cocaína e iba a fiestas con drogas y prostitutas. Todo era mentira", apuntó el exagente.

Ernesto V. reconoció que la actuación de su expareja le indignó, pero rechazó con rotundidad haberla amenazado.

"Me enteré leyendo la prensa de que ella se había convertido en testigo protegido, pero ese día, y el día anterior, mi conducta con ella fue cordial", se defendió.

La testigo protegida, por su parte, explicó a los investigadores del caso Cursach que su excompañero guardaba en casa un arma particular, lo que hacía más graves las supuestas amenazas.

"Yo como policía tenía un arma particular, pero como en mi casa no tenía la dependencia con la seguridad adecuada para custodiarla, siempre la dejaba en el cuartel", manifestó el acusado.

La mujer en su denuncia añadió que su exnovio también le había increpado "porque te has ido de la boca y por tu culpa dos compañeros míos están en prisión, vamos a ir a por ti". No obstante, ayer en la vista oral no mencionó estas otras supuestas expresiones.

Ernesto V. refirió a la jueza de lo penal unas supuestas amenazas que su exmujer le habría proferido antes del día de autos y en un bar de Palma. "Mi expareja estaba en el bar con una amiga y yo estaba allí tranquilamente con otra amiga, una compañera. De pronto se pusieron a alborotar, a llamarme corrupto y a decirme que irían a hablar con Subi [el fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán] y con Angélica [Pastor, la entonces edil de Seguridad Ciudadana de Cort]". La supuesta víctima aseguró ayer que no se acordaba de ese incidente.

Ernesto V. pasó dos meses en prisión por estos hechos y desde entonces tiene una orden de destierro en Mallorca.

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