La evolución al alza que se inició en 2013 se ha roto por primera vez este año, y la inversión privada destinada a la construcción en Mallorca durante los seis primeros meses del presente ejercicio está mostrando una caída de un 18,7%, provocada en buena medida por el parón que se ha registrado en la reforma de instalaciones turísticas, según los datos facilitados por la patronal del sector. Con un dato adicional: la inversión privada solo crece en los proyectos residenciales, pero no en el número de viviendas a edificar, lo que supone que las que van a salir al mercado durante los próximos años van a ser cada vez más caras, según lamenta la gerente de esta asociación empresarial, Sandra Verger.
Entre enero y junio de este año la inversión en la construcción se ha situado en Mallorca en los 494,7 millones de euros, lo que supone la citada reducción de casi un 19% respecto al mismo periodo de 2018, cuando se alcanzaron los 608,7 millones.
Un aspecto a señalar es que esta bajada es más acentuada en la isla que en el conjunto de Balears, donde la inversión privada global ha alcanzado los 657,5 millones de euros y el recorte ha sido algo más moderado, al situarse en una media de un 15,1%.
La rama que mejor está resistiendo es la residencial, dado que la inversión para la edificación de viviendas durante esos seis meses ha alcanzado en Mallorca los 399,4 millones de euros, lo que implica un crecimiento del 3,7%. El problema es que se va a destinar más dinero a levantar menos inmuebles, ya que el número de viviendas que se van a financiar es de 1.184, siete menos que en 2018. Es decir, una cifra de residencias prácticamente idéntica, pero más costosas, lo que permite pronosticar que la evolución al alza de sus precios se va a mantener durante los próximos años, agravando las dificultades que una gran parte de las familias de Mallorca padecen ya para poder acceder a una residencia.
Esta tendencia se da en el conjunto de Balears, ya que la inversión residencial en el archipiélago suma 657,5 millones de euros, con un aumento del 1,8%, pero las 1.563 viviendas a financiar con ese capital implican un descenso de casi un 4,3% en relación al ejercicio anterior, lo que supone igualmente menos pisos pero más caros.
Sandra Verger pone de relieve que para paliar este problema sería necesario facilitar la construcción de edificios residenciales más altos y con viviendas más pequeñas, una vieja reivindicación del sector que sigue sin ser atendida.
El desplome turístico
Pero al margen de este mantenimiento de la inversión residencial, la que se destina al resto de sectores muestra una fuerte evolución a la baja, muy especialmente en el caso de la que nace del sector turístico.
Porque los proyectos para la mejora de instalaciones turísticas tramitados durante los seis primeros meses de este año alcanzan un valor en Mallorca de 40,5 millones de euros, cuando en el mismo periodo de 2018 ese importe ascendía a los 150,1 millones. La caída es de un 73%.
El descenso mallorquín es mucho más intenso que el del conjunto de Balears, donde se cifra en un 56% (en este primer semestre la inversión turística en el archipiélago ha alcanzado los 79,5 millones), debido a que Eivissa y Formentera siguen evolucionando al alza en esta materia.
Hay que tener en cuenta que hay muchos establecimientos hoteleros que han sido modernizados durante los últimos años (especialmente en el caso de las grandes cadenas), pero son también muchos los que todavía tienen esta asignatura pendiente. Y un elemento que se señala desde la asociación de constructores como clave es que el Govern de Francina Armengol no prorrogó algunas de las ventajas que se habían concedido desde el Ejecutivo de José Ramón Bauzá a los establecimientos que se reformaban en las zonas maduras y que, por ejemplo, les permitían ganar dos alturas.
Pero no es la única bajada que ha registrado el sector de la construcción. El apartado que agrupa las obras en oficinas, instalaciones comerciales o naves industriales, por citar algunos ejemplos, también presenta una notable reducción en su inversión, que en esos seis primeros meses se ha situado en los 54,7 millones de euros, un 25,7% menos que en el mismo periodo de 2018. En este caso, esta bajada es todavía más acentuada en el conjunto de Balears, ya que los 58,6 millones de euros de este año suponen una rebaja del 30,5%.
Esta bajada de la inversión privada, del 18,7% en Mallorca y del 15,1% en el conjunto del archipiélago, contrasta con la subida registrada en la inversión realizada por las Administraciones públicas.
Aunque en este caso solo se facilitan datos correspondientes al conjunto de Balears, cabe señalar que entre enero y junio de este año la inversión realizada por las Administraciones públicas alcanzó un valor de 275,7 millones de euros, con un incremento del 37,7% respecto a 2018. Aunque en este caso la gerente de la patronal hotelera recuerda un dato básico: este año se han celebrado elecciones generales, autonómicas y municipales, momento en el que se intensifican las obras públicas. Y Sandra Verger recuerda que tras la celebración de unos comicios se registra históricamente un fuerte recorte de esta inversión.
Reparto del dinero público
De esos 275,7 millones de euros durante el primer semestre de este año, la mayor parte procede de los Ayuntamientos y los Consells Insulars, con un importe que ha alcanzado los 138 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 17,9%. El miedo del sector se centra en la intensidad de la bajada que se avecina si el Consell de Mallorca frena, como ha anunciado, las actuaciones para la mejora de la red viaria.
La Administración central y la autonómica se han puesto prácticamente a la par. El dinero destinado por el Gobierno central a obra pública entre enero y junio en el conjunto de las islas ha alcanzado los 68,9 millones de euros, con un incremento del 16,2%.
Por su parte, desde el Govern se han destinado 68,7 millones de euros, con la diferencia de que en este caso esta cifra supone un aumento del 179,7%, dado que en el ejercicio anterior solo se habían alcanzado los 24,6 millones.
