"Es una vergüenza. Si a algún niño le cae un cascote encima y le causa lesiones los voy a denunciar". Los padres de los alumnos del colegio público del barrio del Molinar, en Palma, se mostraron ayer indignados por la situación del centro, debido a que se ha autorizado el inicio del curso escolar cuando las obras de mejora que ha impulsado la conselleria de Educación aún no han terminado. De hecho, las obras están en pleno proceso y la empresa constructora, que inicialmente aconsejó que estos trabajos se debían realizar cuando el edificio estuviera desalojado, han tenido que cubrir con lonas y vallas los andamios sobre los que trabajan los albañiles, para evitar que algún niño pudiera resultar herido.

Con estas obras se pretende mejorar la cubierta del edificio y los accesos con la instalación de un ascensor. Según explicó una de las madres, las obras debían empezar al terminar el pasado curso y, como muy tarde, a principios del mes de julio. Sin embargo, por una serie de imprevistos, las obras se retrasaron y no se iniciaron hasta finales de julio, con lo que también van a terminarse mucho más tarde lo previsto.

Medidas de seguridad

El pasado lunes un grupo de padres tuvo una reunión con representantes de la empresa pública Ibisec y con los de la empresa constructora. Se acordó que las clases se podían iniciar, aunque las obras aún no hubieran terminado, y eso a pesar de que todo el recinto escolar está rodeado por los elementos de obra. Se acordó que se aumentarían las medidas de seguridad, colocando más vallas y lonas, si bien el representante del Ibisec señaló que la constructora y los profesores eran los responsables de que no se produjera ningún accidente mientras seguían las obras. Patricia González, que lleva a sus hijos a este colegio, denunció que la Conselleria no ha destinado personal extra al recinto escolar del Molinar ante esta situación excepcional, para vigilar que ningún niño se acerque a las zonas donde se desarrollan las obras.

Entre las mejoras que se han proyectado se incluye unas obras en el patio de los niños de cuatro y cinco años. Esta zona del edificio no se podrá utilizar hasta que no concluyan las obras, que posiblemente no se terminarán hasta principios del mes de noviembre. Esta madre denunció que esta situación obliga a los profesores a estar pendientes, además de dar clase, de que ningún niño se acerque a las zonas donde se desarrollan las obras, para evitar un posible accidente. Los padres coinciden en que "es una temeridad" que en el estado actual en el que se encuentra el centro público de enseñanza del Molinar se permita que se inicien las clases. Señalan que es sencillo que algún niño pueda sentir curiosidad por las obras y se pueda sufrir un accidente.

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