Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña es la tercera enfermedad más frecuente, y afecta al 12% de la población. Es hasta tres veces más frecuente en mujeres que en hombres -por factores hormonales y genéticos- y su máxima actividad suele aparecer a partir de la segunda década hasta los 55/65 años, a pesar de que también afecta de forma importante los niños (un 6 %).

Se calcula que en Baleares 110.000 personas sufren migraña, a pesar de que casi la mitad no están diagnosticadas. Un 20% del total de afectados tienen migraña crónica, es decir, pueden llegar a sufrirla cada día.

Esta mañana, la consellera de Salud y Consumo, Patrícia Gómez, ha presidido la inauguración de las primeras Jornadas sobre la Migraña en las Islas Baleares, que se desarrollan hasta sábado al Hospital Universitario Son Espases. También han estado presentes el director gerente del Hospital, Josep Pomar; el organizador de este encuentro, el neurólogo Francisco Molina; la presidenta de la Asociación Balear de Pacientes con Cefalea, Nina Ferrer; la presidenta de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), Isabel Colomina, y la coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (GECSEN), Sonia Santos.

La consellera de Salud y Consumo, ha aplaudido la organización de estas primeras jornadas en las Baleares, que "servirán como punto de encuentro para intercambiar ideas y para elaborar estrategias que permitirán mejorar la calidad de vida de los pacientes". Gómez también ha elogiado el hecho que en estas jornadas hayan participado personas afectadas. En este sentido, ha asegurado que "uno de los hitos más importantes que se han logrado los últimos años ha sido consolidar la cultura de tener en cuenta los usuarios a la hora de tomar decisiones que les afectan".

La migraña es un tipo de dolor de cabeza crónico que se caracteriza por episodios repetidos de gran intensidad, que pueden impedir a la persona afectada desarrollar sus actividades diarias. Es la primera enfermedad neurológica y entre el 70 y el 80 % de los casos tiene una alta influencia genética.

Se caracteriza por la aparición de crisis o ataques con dolor de cabeza intenso, al cual se añaden otros síntomas (náuseas, vómitos, pérdida de hambre, diarrea, hipersensibilidad a cualquier estímulo, etc.). Estos síntomas se ven agravados con cualquier actividad física cotidiana. Además, un 20 % pacientes tienen auras, que son síntomas que indican que hay una disfunción neuronal. Durante estos episodios -que pueden durar entre veinte minutos y una hora- las personas pueden sufrir alteraciones del habla, pérdida de la visión, hormigueo y, incluso, parálisis de las extremidades.

La OMS cataloga la migraña como la sexta enfermedad más discapacitante y afirma que tiene un gran impacto en la productividad laboral y en los costes sanitarios. Supone el 10 % de las visitas al médico en atención primaria, el 20 % al especialista en Neurología y el 1,5 % del total de las urgencias hospitalarias.

Para tratar esta enfermedad compleja hay que llevar a cabo un abordaje multidisciplinario. Por un lado, existen tratamientos farmacológicos para las crisis de migraña y otros preventivos que tienen por objetivo reducir la frecuencia de los ataques y mejorar la vida de los pacientes.

Además del tratamiento farmacológico es muy importante controlar otros factores como por ejemplo realizar ejercicio físico moderado y regular, mantener una buena alimentación, dormir bien (al menos ocho horas diarias) e identificar y tratar otras enfermedades que pueden favorecer que aparezcan episodios de ataques de migraña, como por ejemplo la depresión, la ansiedad o el estrés.