La empresaria y experta en arte Sofía Barroso, madre de Sofía Palazuelo, la futura duquesa de Alba, ha extendido su querella, por una presunta estafa de 50 millones, a dos mujeres, Luciana Soldi, la pareja de su exmarido Fernando Palazuelo, el principal acusado, y a María Belén Corzo, abogada de este último. El juzgado de instrucción 2 de Palma que investiga el caso tiene pendiente el interrogatorio de las dos querelladas, que residen en Perú.
Los avatares conyugales del matrimonio formado por Sofía Barroso y Fernando Palazuelo, que se casaron en 1986 y se divorciaron en 2013, forman parte de los hechos objeto de investigación, dado que es importante acreditar qué tipo de relación mantenían los dos excónyuges en fechas capitales para desentrañar la presunta despatrimonialización de Arte Express S.A., la sociedad inmobiliaria que les hizo ricos.
Según Fernando Palazuelo, él nunca llegó a separarse de su mujer, pero el matrimonio se rompió en 2012 cuando su esposa Sofía Barroso descubrió que había tenido una hija en Perú con Luciana Soldi, una arquitecta que ficharon para ejecutar los proyectos rehabilitadores en Lima.
Separación y novia
Por el contrario, Sofía Barroso sostiene en su querella que se separó de su esposo en 2006 y que para entonces éste ya mantenía relaciones sentimentales con Luciana Soldi.
Sofía Barroso y el empresario Fernando Palazuelo tuvieron cuatro hijos: Sofía, casada con Fernando Fitz-James Stuart y Solís, duque de Huéscar y futuro duque de Alba, Fernando, Jaime y un cuarto varón.
Arte Express se dedicó durante años a rehabilitar edificios antiguos y ponerlos en el mercado inmobiliario con especial énfasis en el arte. El matrimonio se instaló en Palma y aquí impulsó algunos negocios, como un proyecto en las Torres del Temple.
En 2005 Sofía Barroso se afincó en Madrid con sus cuatro hijos, mientras que su marido se quedaba en Palma y expandía el negocio hacia Perú. Con el paso de los años Palazuelo padre se ha convertido en un icono del país suramericano, donde ha reformado históricas mansiones del casco antiguo de Lima, fincas que alquila a precios astronómicos al gobierno de ese país como sedes oficiales.
Según Barroso, su esposo tramó un plan junto a su novia peruana, la arquitecta Luciana Soldi, y la abogada de las empresas, María Belén Corzo para, supuestamente, desviar los fondos de las sociedades españolas a las peruanas, dejar en España un rosario de deudas y eludir el pago de impuestos en nuestro país, todo ello a sus espaldas.
La operación primero causó la insolvencia de la parte española de la empresa, que fue declarada en concurso de acreedores. Después se desvincularon las empresas peruanas de las españolas y el dinero fue puesto a nombre de sociedades radicadas en paraísos fiscales.
Ingreso en prisión
Los abogados de Sofía Barroso pidieron al juzgado de instrucción 2 que ordenara la detención de los tres querellados, pese a que formalmente los tres residen en Perú.
También reclamaron "su prisión provisional sin fianza". La jueza de instrucción 2 de Palma no adoptó ninguna de las dos medidas. De hecho, Palazuelo viajó a Mallorca para prestar declaración en octubre del año pasado y quedó en libertad y sin medidas cautelares.
La querella también instó a la magistrada a que obligara al empresario, su pareja y su abogada a depositar cinco millones de euros de fianza para posibles responsabilidades pecuniarias y si no se entregaba se decretase el embargo de los bienes, medidas que tampoco se han adoptado.
El juzgado está barajando varias posibilidades para tomar declaración a Luciana Soldi y María Belén Corzo, que residen en Perú.
También está pendiente el interrogatorio de Sofía Barroso, que cuenta con el apoyo y la ayuda de dos de sus hijos, Jaime y Fernando Palazuelo Barroso.
En la querella se acusa al padre de la futura duquesa de Alba de constituir, junto a su pareja Luciana Soldi, la sociedad panameña Hestia Group Corp, que se habría apropiado de los fondos y activos de arte Express S.A. y su filial peruana Arte Expréss y Compañía.
La abogada Corzo también habría colaborado en la creación "de un nuevo entramado de sociedades en Perú y Panamá, a las que han desviado nuevamente todo el dinero que fue desviado a las sociedades filiales peruanas desde las sociedades españolas, a las que dejaron en la insolvencia".
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