La jueza de lo penal 4 de Palma, Francesca Ramis, ha absuelto a dos antiguos cargos de la desaparecida caja de ahorros Sa Nostra y a esa entidad (absorbida hoy por Bankia) de tener que indemnizan con 46 millones de dólares a la familia mallorquina de Margarita Lliteras Nadal, por una inversión millonaria en el hotel de Cancún Secrets Silver Sand Riviera Maya. La magistrada, por contra, ha condenado al empresario Guillermo Nicolau Salleras, antiguo socio de los Lliteras, a dos penas de un año de cárcel por administración desleal e imposición de acuerdos sociales.

La sentencia absuelve a Miguel Nicolau Mesquida; José María Navarro Lacomba, exejecutivo de Invernostra, la inmobiliaria de Sa Nostra, y a Julián Mir Cicerol, un empleado de la antigua caja de ahorros pública. Estos últimos defendidos por Eduardo Valdivia.

Según los hechos probados, Guillermo Nicolau, en junio del 2010, y aprovechando que controlaba totalmente la sociedad mexicana Efesyde, propietaria del hotel Secrets Silver Sand, decidió constituir una segunda hipoteca sobre el hotel (la primera carga hipotecaria estaba a nombre del Banco de Sabadell).

Esta operación se hizo, "con la exclusiva finalidad de que Nicolau obtuviera un beneficio particular y para hacer frente a las deudas que tenían las sociedades familiares (el Grupo Nicolau).

Este grupo familiar estaba constituido por Friusa, Inversiones Ma y Mo S.L. y Ermotel, que tenía deudas millonarias con varios bancos y proveedores.

No eran deudas propias

La magistrada también entiende probado que los 46 millones de dólares de la segunda hipoteca fueron destinados a abonar la deuda bancaria del Grupo Nicolau (36 millones de dólares) y la deuda comercial refinanciada (10,2 millones de dólares). "Dichas deudas no tenían ninguna relación con la entidad Efesyde".

El dinero fue prestado por varios bancos. El Grupo Nicolau estaba en concurso voluntario en Palma y el dinero le permitió recuperar la solvencia. Entre los principales acreedores de la familia Nicolau estaba Sa Nostra.

La jueza, a diferencia de lo mantenido por la letrada Carolina Ruiz (acusadora particular) no ve en la operación ningún perjuicio para la familia Lliteras.

Las acusaciones pidieron la nulidad del préstamo o alternativamente que se indemnizara a Efesyde con 46 millones de dólares. "No existe prueba alguna de que se haya causado perjuicio a la señora Lliteras a consecuencia concreta de los hechos enjuiciados y tampoco se ha probado que se le haya causado un daño moral". La jueza no halla pruebas contra Miquel Nicolau, defendido por Llorenç Salvà.

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