—Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Marchena sabe más que usted?"

—Como mínimo, tiene más poder.

—¿De cuántos años de prisión estamos hablando?

—La sentencia del procés se ajustará mucho a lo que pide el fiscal, tirará por la parte alta de las penas.

—¿Y qué pensará usted de esa sentencia?

—Que no se ajusta al Derecho vigente en España. No digo que sea injusta, sino que no se corresponde con la ley.

—¿Marchena podrá defender técnicamente su sentencia?

—Marchena es inteligente, sabe mucho de Derecho, le encuentra las vueltas a los calcetines y le vendería una nevera a un esquimal. La primera lectura de la sentencia será muy plausible, porque irá con tiento.

—¿Cómo puede haber cien profesores de Penal que no vean delitos graves, y ningún juez?

—La sentencia será unánime, pero jueces y fiscales no son monolíticos. Los hay de dos tipos, los normales que van hasta los Tribunales Superiores, y los de la cúspide del Supremo, Audiencia Nacional y Constitucional. A estos no es que les llamen por teléfono, sino que forman parte del poder. Cuando los magistrados normales juzgan en Madrid las esteladas o las manifestaciones no ven delito, sin dramatismos.

—¿Ha convencido alguna vez a un español?

—No. Bueno, sí, cuando discutes con penalistas donde solo discrepamos en la desobediencia entre los más sensatos. En cambio, los juristas de otras ramas apuestan sin problemas por el golpe de Estado a condenar. Solo se ha de castigar lo que está en las leyes, no lo que nos parece digno de castigo.

—¿Ha pensado que a lo mejor usted no se explica bien?

—Se debate o democracia por encima de todo o España por encima de todo. Y la famosa sentencia canadiense establece que la ley es indiscutible pero, en casos límite, el principio democrático está por encima.

—El juicio no descubrió ningún hecho novedoso.

—Nadie tenía que explicarles nada a dos millones de catalanes que fueron protagonistas. Con dos observaciones, las "miradas de odio" que no sé cómo se calibran y que el fiscal hablara de la "Calle Ramblas". Eso demuestra su conocimiento de Barcelona, ni se molestaron en consultar Google.

—Usted defiende a los abogados defensores del procés.

—Porque han hecho un trabajo excelente en circunstancias muy difíciles, que podremos detallar más adelante cuando la sentencia esté cocinada.

—A los abogados les ha tomado el pelo en Madrid, y han estado demasiado pendientes de su imagen.

—Son técnicamente potentes y gente educada, de colegio de pago. No han sido destralers que actúen a machetazos.

—No hubo defensa de ruptura.

—Defendieron con el material de la causa bien trabajado, y manejando los tipos, garantías, competencias y pruebas con conocimiento. La ruptura estuvo en los parlamentos de los acusados, en su convicción de no haber cometido delitos y de que volverían a hacerlo. Lo dijeron más o menos todos.

—Si Junqueras es valiente, Puigdemont es cobarde.

—No. Cada uno se ha inclinado por la solución más conveniente. Puigdemont sigue en libertad relativa, porque no le recomiendo que viaje a Francia o Italia, pero el exilio es una tortura. Ambos se han jugado su integridad física y su patrimonio, se han inmolado por su sociedad.

—¿Esto de la independencia se ha acabado?

—No, el independentismo gana adeptos a cada sentencia, antes de la decisión del Constitucional sobre el Estatut eran cuatro gatos.

—Cataluña se parece a Escocia en que tampoco se ganaría un referéndum independentista en condiciones.

—No se ha producido el sorpasso. Los escaladores dicen que subir al Everest es fácil, hasta los últimos 800 metros.

—Un penalista no debería defender la desobediencia.

—La desobediencia ha hecho avanzar los derechos de los esclavos, los negros, las mujeres o los pueblos colonizados. Todos se rebelaron. Y la Ciencia progresa desobedeciendo.

—No sé si el delito de odio fue un buen invento.

—Con el hate speech matas el debate político, es contrario a la libertad de expresión. Me molesta que hablen de "feminazis", pero tienen tanto derecho como yo a llamarles "ultraderecha". Puedo afirmar que "el Islam es intolerante", o el judaísmo, o el catolicismo. Puedes decir que "los nazis me parecen cojonudos" o que "eran unas bestias pardas".

—¿Siempre es tan vehemente?

—Sí, soy así. Tengo la sangre caliente, pero mi ventaja es que no me enfado.

—Cataluña, 2030.

—Espero que sea un país en paz, en democracia y en perfecta armonía con España y Europa.