Los seis hijos varones del fallecido empresario Ruiz Mateos, un primo suyo y un colaborador serán juzgados el mes próximo en Palma, acusados de una presunta estafa de casi 14 millones en la compra del hotel Eurocalas, situado en Calas de Mallorca. La acusación pide sendas penas de seis años de cárcel para cada uno de los hijos, que ya fueron condenados hace unos meses por el Tribunal Supremo a dos años y medio de privación de libertad por otra estafa en la compra de dos hoteles a una familia mallorquina.

La segunda vista oral contra la saga en Palma se deriva de la querella, interpuesta hace ocho años, por el empresario Francisco Miralles (Inversiones Grupo Miralles), quien vendió a Nueva Rumasa el Eurocalas en mayo del 2006. La familia, liderada por el fallecido patriarca José María Ruiz Mateos, pactó la compra del establecimiento a plazos, mediante una serie de pagarés, que en principio se abonaron.

Fue en mayo de 2006 cuando Grupo Miralles formalizó la venta a Calwell del 99,99% del capital social de Bastimentero, entidad propietaria del Hotel Eurocalas, por 23,67 millones de euros.

Del importe total, se abonó 789.028 euros y se acordó el pago aplazado de 22,88 millones de euros a través de pagarés con vencimientos mensuales y con la garantía y el aval de la sociedad Montumo, así como de José María Ruiz Mateos y todos sus hijos varones con avales personales hasta la suma de 24 millones de euros.

"Todos ellos avalaron con evidente mala fe, aprovechándose de su acreditada solvencia de cara a la galería gracias al nombre de Nueva Rumasa, puesto que ninguno de ellos ni tenía ni tiene activo alguno a su nombre, al menos en España, y tampoco lo tenía la entidad Montumo", según la acusación particular.

Los pagarés se fueron abonando hasta que en el verano de 2010 quedaron interrumpidos los pagos y en enero de 2011, "dados los problemas de cumplir el calendario de pagos", se acordó rebajar las cuotas mensuales a la mitad durante un periodo de dos años y sustituir el aval de Montumo por los avales de Clesa. Menos de tres meses después, Clesa presentó concurso de acreedores, lo que, a juicio del denunciante, "demuestra nuevamente el engaño por parte de los deudores".

Gestión desleal

En su querella, Miralles, representado por Isabel Fluxà, señaló que estaba pendiente de pago un total de 12,81 millones, supuesta estafa que se elevaría a 13,93 millones al sumar intereses y actas de Hacienda.

En el auto de procesamiento, la jueza María Pascual observó también "indicios racionales de una gestión desleal" por parte de los acusados, calificando, de hecho, su forma de actuar de "proceder habitual" y aseverando que los Ruiz-Mateos no tenían patrimonio ni activo alguno con el que responder, por lo que "eran perfectamente sabedores de que no podrían restituir el hotel Eurocalas en las condiciones fijadas".

La sentencia del Tribunal Supremo sobre la anterior estafa declaró probado que los hermanos no tenían bienes para avalar sus pagarés.

Los acusados son Zoilo, Álvaro, José María, Alfonso, Pablo y Javier Ruiz Mateos, su primo Zoilo Pazos Jiménez y Nicolás Faure.