El piloto del helicóptero que el pasado domingo chocó en pleno vuelo con un ultraligero en Inca trató de evitar la colisión en el último momento. Varios testigos han declarado a la Guardia Civil que vieron cómo la aeronave realizaba un brusco giro hacia la derecha justo antes del impacto. Pese a ello, no pudo evitar que una de las alas del ultraligero chocara contra las palas de la hélice y ambos aparatos cayeran a plomo. Los investigadores de la Policía Judicial del instituto armado y de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) del ministerio de Fomento finiquitaron ayer mismo las pesquisas sobre el terreno. La principal hipótesis sobre la causa del siniestro apunta a un error humano: los pilotos no advirtieron a tiempo la presencia del otro aparato en su trayectoria.

Las declaraciones de los vecinos de la zona donde se produjo el accidente, entre el Camí Vell de Costitx y el Camí del Pou d'en Tarí, avalan la principal línea de investigación con la que trabajan los especialistas. Los dos aparatos llevaban rumbos perpendiculares. Mientras el ultraligero Aeroprakt A22L2 volaba desde Binissalem hacia la zona de Alcúdia, el helicóptero Bell 206 Long Ranger lo hacía desde Manacor hacia la Serra de Tramuntana.

Las aeronaves se encontraron sobre Inca. Ambas estaban a unos 250 metros de altura y no tenían equipamiento para comunicarse ni detectarse. Todo dependía del contacto visual. Un vídeo grabado por un vecino de la zona muestra cómo los aparatos mantienen sus trayectorias, tras lo que se escucha un estruendo seco y ambos aparatos caen sin control. En las imágenes, una de las pruebas recabadas por la Guardia Civil, no se ve el momento del choque.

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Viraje al límite

Varios testigos han explicado a los agentes encargados de las pesquisas que el helicóptero realizó una brusca maniobra justo antes del choque. Según sus declaraciones, el piloto giró hacia la derecha inclinando el aparato. Un movimiento que los investigadores interpretan como un intento desesperado por evitar la colisión. De acuerdo con estos testimonios, una de las alas del ultraligero, que acabó en un plano ligeramente superior, impactó contra las palas del rotor del helicóptero. La brutal colisión provocó que las dos aeronaves, ya incapaces de sustentarse, cayeran en barrena a gran velocidad y se incendiaran al estrellarse contra el suelo. Los restos acabaron desperdigados en varios cientos de metros a la redonda por las fincas de la zona.

Los agentes de la Policía Judicial y los cuatro especialistas de la CIAIAC llegados de Madrid dieron ayer por finalizada la investigación sobre el terreno. A primera hora regresaron a la zona del accidente y durante toda la mañana continuaron inspeccionando las dos aeronaves implicadas en busca de pruebas para aclarar lo sucedido. Los expertos recogieron los restos del ultraligero, dispersos por varias fincas, para luego reconstruir parcialmente el aparato allí mismo.

Los especialistas de la CIAIAC, como ya hicieron el lunes por la tarde, tomaron fotografías y realizaron diversas mediciones. Una de las prioridades de los técnicos es certificar qué partes de las aeronaves chocaron, por lo que buscaron en las piezas marcas y restos del impacto. Estas pruebas se unen a otras ya practicadas, como un mapa con la ubicación de las piezas desperdigadas para analizar su dispersión. Además, junto con los agentes de la Guardia Civil, continuaron entrevistándose con los testigos de la colisión. Ya por la tarde, los investigadores dieron por concluida la inspección ocular. Estaba previsto que los expertos de Fomento regresen a Madrid hoy, informaron fuentes de la delegación del Gobierno.

Larga investigación

Las investigaciones de la CIAIAC se prolongarán todavía durante varios meses. Todos los datos recabados serán analizados minuciosamente para elaborar un informe en el que plasmarán sus conclusiones. Además de las causas del accidente, estos expertos detallarán posibles deficiencias en las medidas de seguridad y plantearán las posibles soluciones para evitar que se produzca un siniestro similar.

Las pesquisas de la CIAIAC serán coordinadas con las de la Guardia Civil. Ambos organismos remitirán el resultado de la investigación al juzgado de instrucción número 2 de Inca, que ha abierto diligencias sobre el siniestro. El juzgado debe decidir también si es necesario preservar los restos de las dos aeronaves, que continúan en el lugar del accidente bajo precinto de la Guardia Civil.

En el siniestro aéreo, el más grave de la historia de Mallorca, fallecieron los dos ocupantes del ultraligero y los cinco del helicóptero, el piloto y cuatro miembros de una familia alemana, dos de ellos niños.

Los expertos se llevan muestras a Madrid

Los cuatro expertos de la CIAIAC que han viajado a Mallorca para investigar el siniestro se llevarán a Madrid varias muestras de los dos aparatos implicados para proseguir las pesquisas. Los técnicos han recabado también documentación sobre los pilotos y las dos aeronaves.