El movimiento de Cursillos de Cristiandad celebró ayer su 75 aniversario en la casa 'Mar i Pins' de Cala Figuera, el lugar que acogió este movimiento por primera vez en 1944, gracias al impulso de su fundador, el que fue presidente de Jóvenes de Acción Católica, Eduardo Bonnín, fallecido en 2008.

Este movimiento de naturaleza seglar, es decir, organizado por gente ajena al mundo eclesiástico, consiste en una convivencia de tres días que tiene como objetivo "motivar la fe, que la gente se encuentre con Cristo y lo viva", así como lo explicó el presidente de Cursillos de Cristiandad de Mallorca, Miguel Guasp. "No estamos hablando de religión, sino de fe y espiritualidad", puntualizó.

Con motivo del 75 aniversario, ayer en Cala Figuera se descubrió una placa conmemorativa en honor a Eduardo Bonnín y el movimiento llevó a cabo una fiesta "en la que había gente de Mallorca, de la península y de muchas partes del mundo", según Guasp. "En los otros dos días de convivencia lo que hacemos es transmitir la Buena Noticia del Evangelio", destacó el presidente del movimiento en Mallorca.

Los Cursillos de Cristiandad, según Guasp, tuvieron el momento de más auge en los años 50, aunque el antiguo obispo de Mallorca, Jesús Enciso, los abolió. Aun así, poco tiempo después se restableció y por entonces ya se había extendido a otras partes del mundo como Canadá, Australia o Guinea Ecuatorial.

El fundador de este movimiento, Eduardo Bonnín destacó también en su faceta de escritor, redactando numerosos artículos en revistas de teología y de pastoral. Como grandes ejemplos, se encuentra el artículo Vertebración de ideas, del 1962, y también Evidencias olvidadas, publicado en el año 1988 en colaboración con Francesc Forteza.